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jueves, 22 de mayo de 2008

CULTURAS Y ERAS





Como todos sabemos la palabra zodíaco deriva de la palabra griega zoo (animal) y significa (camino animal).

El recorrido aparente anual del sol con respecto a la Tierra se llama Eclíptica, la cual se divide en 12 arcos de 30º llamados: signos del zodíaco o “casas del cielo” y se les da el nombre de las constelaciones por las que atraviesa la eclíptica.

La Tierra debido a un tercer movimiento lento, (además de los de rotación y traslación más conocidos), tipo trompa o peonza llamado: precesión “permanece” influenciada por una constelación o signo del zodíaco durante unos 2.146 años aproximadamente. A esto se le llama Era Astrológica. Ese “baile” o giro completo se da cada 25.767 años.



Así pues y como decíamos anteriormente, la prolongación del eje de la Tierra del Polo Sur al Polo Norte que hoy incide sobre la Estrella Polar se verá afectada con el tiempo. Esto es conocido por la astronomía oficial e incluso algunos investigadores de otros campos se atreven a añadir que cíclicamente no solamente existe este menos conocido, pero evidente, movimiento giratorio (tipo peonza terrestre) que se conoce como precesión, sino que incluso el grado de inclinación de la Tierra respecto al movimiento de traslación que hoy es de 23º 27´ está en proceso de variación y elevación y que cuando ocurrió otras veces en el pasado como así parecen evidenciarlo múltiples investigaciones del mundo de la geología, paleontología, etc., pudo ser entre otros, los que produjeran todo tipo de inestabilidad planetaria, cambios climáticos y geológicos generalizados, movimientos más bruscos de las placas tectónicas, vulcanismo, seísmos, etc., y que tales cosas fueron las que resultaron trágicas para la flora y fauna de aquellas remotas épocas... Hoy según dicen, el fenómeno de “reajuste” del ángulo de inclinación aunque mucho más débil también pudiera ser entre otros responsable de estas locuras climáticas de nuestro presente sin que a los seres humanos se nos exima de nuestras inconsciencias y responsabilidades respecto a la desertificación, tala de grandes selvas, contaminación del aire y del agua, y así sucesivamente… Pero sin embargo se ve como una benéfica expectativa la “corrección” de dicho eje para equilibrar y mejorar la climatología general futura y la llegada de una más radiante Nueva Era.

Cada Era Astrológica como venimos exponiendo, tarda en recorrerse unos 2.146 años, y por lo tanto las influencias cósmicas son diferentes y así parecen demostrarlo las costumbres o rituales que la humanidad en su conjunto ha resaltado en sus muy diversas razas y culturas del pasado. Vendría a colación recordar que la Astrología surgió de la observación astronómica, (sin que ello quiera decir que aceptemos o no sus cábalas e interpretaciones mágicas del destino), y que fueron especialmente los pueblos de la antigua Mesopotamia: caldeos, babilónicos, asirios, etc., así como el pueblo egipcio (especialmente) quienes determinaron la denominación de las “influencias celestes” basándose en la observación de los cambios naturales de su entorno, dicho pueblo constructor de las pirámides había estructurado un calendario-zodíaco basado en la Luna Llena y en las actividades que se desarrollaban alrededor del Nilo, el río que les dispensaba la fertilidad con sus crecidas anuales. Este calendario muestra también los jeroglíficos con los que se designaban los meses y parecen ser las imágenes que dieron origen a los símbolos zodiacales que han llegado hasta nosotros.

En Mayo, con la Luna Llena en la constelación de Sagitario, las aguas del Nilo estaban en su nivel más bajo. Los soldados podían pasarlo sin dificultad y se aventuraban a nuevas tierras y conquistas.
En Junio, con la Luna Llena de Capricornio, las aguas comenzaban a subir. Los animales de pastoreo, que habían descendido a buscar las últimas hierbas, también comenzaban a subir a terrenos más elevados y el río comenzaba a poblarse de peces. Los escribas acompañaban este símbolo con un pez.

En Julio con la Luna Llena de Acuario, la crecida del río era inminente. Acuario era para los egipcios el dios del Nilo, Hapi, quien vertía las aguas y la abundancia sobre la Tierra.
Con la Luna Llena en Piscis, en Agosto, el nivel de las aguas permitía gran cantidad de vida acuática y abundante pesca.

En Septiembre, con la Luna en Aries, los campos de pastoreo estaban inundados, los rebaños se recogían en el redil y los hipopótamos y cocodrilos nadaban libremente por el río. La constelación de Aries está relacionada con Cetus, el monstruo marino, la cual se encuentra justo debajo del carnero en posición de reposo.

Cuando la Luna llena caía en la constelación de Tauro, en Octubre, las aguas habían descendido lo suficiente como para comenzar los trabajos de labranza. Se unían los bueyes y se apareaban los animales. El jeroglífico representa un falo, símbolo de la fertilización.

En Noviembre, la Luna Llena se encontraba en la constelación de Géminis. La actividad principal era la siembra de semillas y el pastoreo de animales. Debajo de Géminis está Orión, para los egipcios El Gran Pastor del Cielo.

En Diciembre, con la Luna de Cáncer, el escarabajo sagrado ponía sus huevos en una bolita de estiércol, y la rodaba hacia lugares más altos para luego dejarla caer con el fin de compactarla. Era el tiempo del solsticio de invierno, cuando el Sol alcanza su máxima declinación Sur. El escarabajo era el símbolo de la renovación y la resurrección, y la bola de estiércol representaba al Sol que renovaba su poder vital después del solsticio.

Con la Luna de Leo, en Enero, se comenzaban a preparar las herramientas para la cosecha. La constelación de Leo contiene un asterismo en forma de hoz que conforma la cabeza del león.

En Febrero, con la Luna Llena de Virgo, el grano había madurado y se cosechaba.

En marzo, con el plenilunio de Libra, el grano era pesado, almacenado y vendido. Pero también era el comienzo del año Lunar, y coincidía con el equinoccio de primavera. El ideograma representa a Chonsu el dios Sol niño saliendo de entre las colinas

En Abril, con la Luna Llena de Escorpio, el Nilo había descendido casi a su mínimo nivel, era el mes más seco y caluroso. Los vientos del desierto traían enfermedades y contagios, el escorpión del desierto se apareaba y las serpientes migraban en busca de agua. Sobre la constelación de Escorpio se encuentra Ophiuco o el Serpentario.

Los griegos recibieron el conocimiento astronómico y astrológico de los egipcios en Alejandría, ciudad que se convirtió en el centro de desarrollo e intercambio cultural más importante de la época. En el año 331 a.C., con la conquista de Babilonia por parte de Alejandro Magno, a los conocimientos egipcios se sumaron los de la cultura mesopotámica.

Hasta entonces el único zodíaco que se conocía y utilizaba era el de las constelaciones.

Así pues no nos resulta difícil imaginar por qué en el pasado se atribuyeron símbolos y todo tipo de actos festivos o rituales vinculados con las creencias de la época.

En la Edad de Tauro hará unos 6500 años se simbolizaba con el Toro, en egipcio APIS…
n Se creía que a la muerte de un faraón su alma se encarnaba en un buey que simbolizaba por un lado el animal indispensable para hacer las labores del campo. Tenía que ser un buey negro, con una mancha blanca sobre la frente, una media luna en el costado derecho, y el símbolo del águila sobre la espalda (igualmente blancas). Después de un ritual en Nilópolis y al cuidado exclusivo de mujeres, era conducido en barco por el Nilo hasta la ciudad de Menfis ya transformado en Osiris. Allí en el Templo de Osiris, era cuidado por los sacerdotes un número establecido de años, después de los cuales se le ahogaba en el río siguiendo un cuidadoso ritual, después se le embalsamaba y se le lloraba como si el propio dios Osiris hubiese muerto. Una vez encontrado otro nuevo buey que le sustituía, se realizaban alegres celebraciones durante más de una semana.

Más o menos parecido aunque con matizaciones, otros pueblos de la época realizaron cultos paganos de sangre y sacrificio a los dioses de sus pueblos mediante estos animales, ya que se creía que así serían expiados los pecados humanos y se conseguiría el favor de los dioses. Culturas tan singulares como la Minoica (Creta) – Grecia -, también realizó rituales al culto del Minotauro y se cree que allí eran sacrificadas jóvenes doncellas, tal vez a un sacerdote disfrazado como un ser mitad hombre mitad toro. La leyenda nos narra la historia de Teseo y Ariadna, según la cual el héroe encontró la salida del famoso laberinto del minotauro en Creta merced a que la joven le entregó el famoso hilo según el cual el valiente héroe pudo salir del laberinto después de matar al minotauro… Magníficos frescos de actos menos crueles y festivos como era danzar y saltar los jóvenes sobre los toros nos recuerdan los rituales religiosos de aquella remota Era de Tauro.


Por otra parte se cree que al coincidir anualmente la entrada del signo Tauro con la primavera, con la fertilidad de la tierra y el apareamiento de los animales, muchos pueblos extendieron por todo el planeta el símbolo fálico. Dicho símbolo devino o se convirtió posteriormente por deformación y evolución artística, en un obelisco, símbolo también del poder terrenal y del poder varonil. Recordemos la pugna de Francia e Inglaterra para llevarse cada cual como trofeo su respectivo obelisco a su país. En octubre de 1836 en la Plaza de la Concorde se erigió el obelisco de Luxor donado por Egipto y en 1878 los ingleses erigen por su parte su obelisco conocido como “La Aguja de Cleopatra”



Posteriormente, 2.150 años después aproximadamente, se entró en la Era de Aries –el carnero-, este animal se creyó era la víctima propiciatoria, por lo cual se inmolaban miles de carneros, quien sabe si para conseguir el favor de los dioses o para exculpar los pecados de los hombres. Se olvidó y se dejó atrás el culto a los toros… -debería hacerse el inciso del acto que no se interpretó correctamente- de cuando Moisés bajó del Monte Sinaí con las Tablas de la Ley y se encolerizó con su pueblo ya que mientras él estuvo en la montaña sagrada, las gentes habían estado construyendo un Becerro de Oro (lo cual simbolizaba un período evolutivo anterior) e indicaba cierta reticencia a evolucionar y a seguir el proceso natural de evolución marcado por la nueva era que ahora nacía. Moisés que era un Alto Iniciado en los Misterios Sagrados lo sabía y de ahí su reacción que pudiera parecer “fuera de lugar” en un hombre santo.


Después de la Era de Aries nació la siguiente, es decir: la Era de Piscis –los peces-, esta Era se representó con el simbolismo de dos peces. Los antiguos cristianos la asumieron como propia, y era el símbolo de El Cristo. De hecho el propio Maestro de Galilea cuando llegó al Templo de Jerusalén y leyó La Torah (el libro sagrado hebreo) ante los sacerdotes, expresó públicamente que un día el Mesías vendría a modificar la antigua Ley de Moisés y por tanto se iniciaría una nueva era y una nueva dispensación religiosa. La Era del Pez (El Cristo) establecía y eliminaba el culto de sangre o pacto con los dioses, acto que escenificó públicamente al irrumpir en el Templo y sacar a látigo a los vendedores de animales que iban a ser inmolados, gritando a continuación: “…Mi Padre no necesita de ninguna sangre ni de ningún sacrificio cruento…”… Por lo tanto todo acto, ritual, ofrecimiento a la divinidad, etc., relacionado con estos tipos de sacrificios fue considerado desde entonces como del pasado y obsoleto…, se abría por tanto una Nueva Era.

Hoy estamos en los inicios de la Era de Acuario, dos mil y pico años después del nacimiento de la anterior edad. Cada Era ha marcado un hito y un desarrollo evolutivo de la humanidad. El Símbolo de Acuario es un hombre que lleva un cántaro, que deposita agua, “agua de vida” según expresó El Cristo. El propio Maestro visualizó el futuro y con una parábola expresó en un capítulo como es el de la Última Cena… “cuando lleguéis a la ciudad seguid al hombre que lleva el cántaro…, él os indicará el camino”… se refería por tanto de forma tan simbólica a que olvidaran el pasado y sus discípulos siguieran al hombre del cántaro…a ACUARIO… a la Nueva Era.

Comienza un nuevo ciclo cósmico simbolizado por el aire y por los viajes espaciales pero también por un derramamiento de vida más abundante proveniente de los cielos. Esperamos y deseamos que estos dolores de parto o prolegómenos de Acuario finalicen pronto y en verdad y no en ficción surja esa Edad de Oro que tanto desearon y visualizaron muchos profetas santos del pasado. Una Nueva Era de amor, de justicia, respeto a todos los seres, alegría, belleza y paz… JSV