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miércoles, 4 de enero de 2012

Plenilunio Luna Llena en Capricornio 2012






Nota clave de CAPRICORNIO

"PERDIDO ESTOY EN LA LUZ SUPREMA, SIN EMBARGO A ESA LUZ DOY LA ESPALDA."





Capricornio guarda el secreto del alma, el secreto de la gloria oculta, revelado al discípulo en el punto culminante de la tercera iniciación, la transfiguración en la cima de la montaña, de la personalidad por el alma. Pero esta revelación sólo puede ocurrir como resultado del esfuerzo, de la capacidad de superar las limitaciones de la personalidad, para persistir en el sendero ascendente a pesar de los obstáculos y las dificultades. No hay un camino fácil para que el individuo se libere de sus propias limitaciones originadas por el egoísmo y la separatividad; y no hay ningún atajo. Es un largo, doloroso proceso, en el que finalmente aprendemos por experiencia personal que la autodisciplina, el autodominio y el autosacrificio forman la piedra angular del discipulado.



En esta base, la superestructura del amor, de un modo de vida responsable, que refleje los valores del alma, puede desarrollarse finalmente. Este crecimiento en conciencia se convierte en el camino de iniciación, el camino a la cima de la montaña, hacia la luz celestial que revela el alma como el Yo real, el Plan como la responsabilidad del discipulado, y la Jerarquía espiritual del planeta como el centro de amor en el que la iniciación admite al discípulo aceptado. Por consiguiente, Capricornio es el signo destacado de la iniciación.

                                                                   

“Aquel que vuelve su rostro hacia la luz y permanece dentro de su esplendor queda cegado para los asuntos del mundo de los hombres; penetra en el Camino Iluminado que lleva hacia el gran Centro de Absorción. Pero aquel que siente la necesidad de adentrarse en ese sendero, pero, sin embargo, ama a su hermano que se encuerntra en el camino oscurecido, gira sobre el pedestal de luz y se vuelve en dirección opuesta.


Vuelve su rostro hacia la oscuridad y, entonces, los siete puntos de luz dentro de sí mismo transmiten la luz que irradia hacia el exterior y, he aquí que los rostros de los que hollan el sendero oscurecido reciben esa luz. Para ellos el camino ya no está tan oscuro. Detrás de los guerreros, entre la luz y la oscuridad, resplandece la luz de la Jerarquía”.

Esta nota clave resuena con la de Capricornio al recordarnos el acto de sacrificio de dar la espalda a la luz suprema para enfrentar una vez más los reinos de oscuridad de los cuales hemos salido. También resalta el rol activo que los discípulos deben jugar en el proceso de transformar la luz en formas que sean útiles en los tres mundos.

Antes de que penetremos más dentro de los misterios de recepción y transmisión de luz, hagamos una pausa por unos momentos y pronunciemos juntos la Afirmación del Discípulo.

                                                    
Soy un punto de luz dentro de una luz mayor.

Soy una corriente de energía amorosa dentro de la corriente de amor divino.

Soy un punto del fuego del sacrificio, enfocado dentro de la ardiente voluntad de Dios.

Y así permanezco.

Soy un camino por el cual los hombres pueden llegar a la realización.

Soy una fuente de fuerza que les permite permanecer.

Soy un haz de luz que ilumina su camino.

Y así permanezco.

Permaneciendo así giro.

Y huello el camino de los hombres

Y conozco los caminos de Dios.

Y así permanezco.


OM  OM OM
                                           


LOS TRABAJOS DE HÉRCULES

Hay dos portales de importancia dominante: Cáncer, hacia lo que erróneamente llamamos la vida, y Capricornio, el portal hacia el reino espiritual. Capricornio, la puerta a través de la cual finalmente pasamos cuando no nos identificamos más con la parte forma de la existencia, sino que vivimos identificados con el espíritu. Eso es lo que significa ser iniciado.


Un iniciado es una persona que no sitúa la conciencia en su mente, sus deseos, o su cuerpo físico. Él puede usar éstos si lo elige; y lo hace para ayudar a la humanidad, pero no es ahí donde su conciencia está enfocada. Está enfocado en lo que llamamos alma, que es ese aspecto de nosotros mismos que está libre de forma. Es en la conciencia del alma que nosotros funciona¬mos eventualmente en Capricornio, nos conocemos a nosotros mismos como iniciados y entramos en los dos grandes signos universales de servicio a la humanidad. Pues es interesante que, en Acuario, tratamos simbólicamente con animales a granel, ya que en ese signo Hércules tiene el trabajo de limpiar a fondo los establos de Augías, su primer trabajo como discípulo del mundo. Pero en Piscis captura, no al toro, sino a todos los bueyes, llevando a nuestra conciencia la idea de la universalidad del trabajo del mundo, de la conciencia de grupo, de la conciencia universal y del servicio universal.



Si hubieras nacido en el signo de Capricornio, por favor no pienses que eres un iniciado. Deberemos poner énfasis en el sentido de la proporción y del estado de evolución. Los aspirantes, o sufren de un complejo de inferio¬ridad que les hace sentir que no es posible hacer nada, o tienen una idea exagerada de su importancia; tiene un toque de conciencia del alma, pero sólo un minúsculo toque, lo cual ellos piensan que es el total y se vuelven envanecidos. Esto no muestra sentido de proporción.

Este signo simboliza la tercera iniciación, la primera de las iniciaciones mayores. En Mateo 17 leemos que Cristo llevó a tres discípulos, Pedro, Juan y Jacobo, a lo alto de una montaña y se transfiguró delante de ellos. Ellos "cayeron sobre sus rostros" y Pedro dijo, "Construyamos tres chozas". En la filosofía hindú esto es llamado "la iniciación del hombre que construye su choza". Pedro, una roca o cimiento, es el símbolo del cuerpo físico. Jacobo, el engañador, simboliza la naturaleza emocional, la fuente de todo hechizo. Juan simboliza la mente, significando el nombre, "El Señor ha Hablado". Ahí tienes el simbolismo de los tres aspectos de la personalidad, postrados sobre sus rostros delante de Cristo glorificado, en su transfiguración en Capricornio.



Significado del Signo


Este es el signo de la cabra: es un signo sobrehumano, un signo universal e impersonal. Todos los trabajos de Hércules hasta aquí han estado comprometidos con su propia liberación. Ahora entramos en tres signos que no tienen relación con sus realizaciones personales. Él es libre. Es un iniciado, un discípulo del mundo. Ha dado vuelta tras vuelta al zodíaco, ha aprendido todas las lecciones de los signos y trepado la montaña de la iniciación; ha sufrido la transfiguración; está perfectamente libre y así puede trabajar universalmente en tareas que no tengan ninguna relación consigo mismo. Trabaja como un ser sobrehumano en un cuerpo humano. Las grandes etapas de desarrollo en el sendero de la expansión, que nosotros llamamos iniciacio¬nes, están grabadas en el cerebro y no te serán dichas por nadie. Yo nunca encontré a un verdadero iniciado que estuviera dispuesto a admitir que lo era, nunca. La marca de pureza del iniciado es el silencio. Capricornio es un signo triste, es el signo del sufrimiento intenso y la soledad, pues éstas son también señales del iniciado.



La impersonalidad está basada en un logro fundamental de la personali¬dad. Se debe haber estado enormemente apegado antes de poder conocer el significado de la impersonalidad. Esto es una paradoja, pues no hay logro de ser impersonal sin haber tentación en lo personal. La impersonalidad que debemos desarrollar es una expansión del amor personal que tenemos por un individuo, por nuestra familia, nuestro círculo de amigos; es exactamente la misma actitud hacia la humanidad, pero no tiene nada que ver con el sentimentalismo. Podemos amar a toda la humanidad porque conocemos el significado del amor personal, y debemos brindar a todos el mismo amor que hemos dado a los individuos cercanos a nosotros. La impersonalidad no es impedir la entrada, levantar muros; es amar a todos porque somos capaces de ver a las gentes como realmente son, con sus faltas, sus fracasos, sus logros, con todo lo que hace de ellos lo que son, y viéndolos con mirada penetrante, amarlos lo mismo. En las Reglas del Camino está escrito. "Cada uno ve y conoce la vileza de cada cual. Y sin embargo no hay, con esta gran revelación, negación ni rechazo mutuo”, esa es la condición que se debe lograr en Capricornio. Lo que debemos desarrollar no llega endureciendo al corazón, ni con una tremenda separación, ni trepando a un pedestal.



El discípulo del mundo no sólo hace lo que hizo Hércules, bajar al infierno para vencer a Cerbero, sino que trabaja entre los hombres todo el tiempo, interesado en su prójimo. Es impersonal. Me pregunto si esta impersonalidad no se refiere a nosotros mismos más bien que a otras personas. Nosotros hablamos acerca de ser impersonales en nuestro comportamiento. Si fuéra¬mos absolutamente impersonales tratándose de nosotros mismos, nuestras reacciones hacia el prójimo serían justas.



Las Constelaciones





Hay tres constelaciones conectadas con el signo de Capricornio. Una es llamada Sagitta, la flecha. No tiene conexión con el signo de Sagitario. En ese nosotros teníamos al arquero con la flecha, con la cual el aspirante realizado atravesaba la personalidad. Aquí tenemos la flecha que viene de una fuente cósmica, atravesando el corazón del hijo de Dios, llamado el Cristo, el más cercano a nosotros de los grandes salvadores del mundo, "un hombre de infortunios y familiarizado con el dolor". Él estaba atravesado por la flecha Sagitta, la flecha cósmica.

El nombre hebreo para esta flecha significa "el desolado", y el sendero que todo discípulo huella es necesariamente solitario. El sendero del iniciado es aún más solitario. El sendero de un salvador del mundo es el más solitario de todos. Yo pienso que esta condición va a ser aliviada. A través de los años hemos tenido estas tremendas manifestaciones, una aquí, una allí. ¿Has considerado alguna vez la soledad de ellos? No había nadie que entendiera. Tal vez ellos fueron canonizados cientos de años después de que murieron. Pero ahora hay tantos aspirantes, tantos en el sendero del discipulado, que tal vez la conciencia de grupo que está empezando a ponerse de manifiesto en los asuntos del mundo, resultará en una soledad grupal más bien que en una soledad individual.

Aquila, el águila, es vista como estando tan estrechamente relacionada a Capricornio como a Sagitario. Tenemos el pájaro de luz (símbolo del más alto aspecto del hombre) manifestándose como el alma (el segundo aspecto) que se ha realizado.



En Delphinus, tenemos una constelación muy interesante, que contiene en sí un sorprendente simbolismo. Es representada en un antiguo zodíaco como un pez lleno de vida, saltando fuera del agua en el aire y jugando. Ese es el símbolo del hijo de Dios, quien trabajando bajo la ley, toma forma y vive en el agua y en el aire; y no siendo limitado por la ley física, puede jugar con las fuerzas de la naturaleza. Estamos empezando a aprender acerca de estas fuerzas, pero todavía pasará un tiempo antes de que Delphinus, el delfín, tenga mucho significado personal para nosotros.




El Escalamiento de la Montaña

Capricornio cuanta la historia del escalamiento de la montaña y del descenso al infierno. Hay tres grandes ascensiones de cada alma. La maso¬nería, a través de las edades, ha sido un custodio de esta tradición. Primero se produce la elevación de la materia al cielo. Encontramos eso en Virgo, luego, la elevación de la naturaleza psíquica desde abajo del diafragma. Tú no eres más, emocional y centrado, en ti mismo, viviendo en el plexo solar, sino que estás enfocado en el corazón y eres consciente del grupo; tus sentimientos y deseos están relacionados con el grupo.

No vives más en la naturaleza animal, interesado en la creación en el plano físico, sino que te vuelves una criatura espiritual trabajando con materia mental. No estás más limitado por la forma, sino que tienes que tratar con la forma que se ha elevado a la conciencia de la cabeza, y desde la cabeza controlar la garganta, el corazón, el plexo solar y cada parte de tu cuerpo.

Haces esto no centrándote en ellas, no pensando sobre ellas, sino viviendo como un hijo consciente de Dios sentado en "el trono entre las cejas”, el centro ajna (o glándula pituitaria) como lo llaman los hindúes. Esa es la segunda gran ascensión.

La ascención final es la que marca la emancipación del iniciado de un grado muy alto, que se vuelve conscientemente un salvador del mundo. Pero es en la segunda iniciación, la elevación de la naturaleza psíquica inferior, en la que tenemos que trabajar para que cada deseo, cada disposición de ánimo y cada emoción, sea elevada al "cielo".




Preparación para el Descenso al Hades


Había tres cosas que Hércules debía hacer antes de empezar a bajar al infierno. El orden en que llegaron es interesante. Primero tenía que purifi¬carse. Hércules, el hijo de Dios que había vencido, que había sido transfigu¬rado, iba a bajar al infierno a trabajar, y llegó la orden de que se purificara. Él pensó que era muy puro. Cómo fue sometido al proceso de purificación, no se nos dice, pero tengo la idea de que él tenía que probar que estaba libre de irritabilidad y egoísmo en ese poco interesante círculo donde estaba viviendo como un ser humano. Es una regla en ocultismo que, en la escala de la iniciación, si no puedes vivir puramente en tu propio círculo, no eres de utilidad en el cielo o el infierno. ¿Qué quiero significar con “puro”? Nosotros usamos mayormente la palabra en su sentido físico, pero "puro”, realmente es, libre de las limitaciones de la materia. Si yo soy en alguna manera prisionero aún de mi mente, que es una forma de materia sutil, no soy puro. Si tengo cualquier emoción egoísta, no soy puro. Hércules tenía que purifi¬carse.


Luego leemos que él tenía que ser iniciado en los misterios. Hasta donde yo puedo comprenderlo (y puedo estar equivocada) esto quiere decir que tú debes pasar a través de tu propio infierno personal, antes de que puedas pasar por el infierno universal. Tienes una época terrible en tu propia vida, y tú eres iniciado cuando sufres tu propio infierno. Aprendes la naturaleza de lo universal, por la experiencia individual; sólo eso es la realización. Tú no puedes aprender de oídas.

Como ha sucedido antes en los mitos, Hércules entonces tenía que detenerse y realizar un acto de servicio, antes de que pudiera imponerse a Cerbero. El vio a dos personas atadas y siendo atacadas por el ganado. Tenía que liberarlas antes de que pudiera hacer frente a su propio problema. Siempre para el iniciado, el servicio está primero; dejar pasar lo que ha emprendido si se necesita su ayuda. Esa es siempre la historia del iniciado, porque está basada en la conciencia de grupo.

   
La cola formada de serpientes representa a todas las ilusiones que impiden el progreso de la vida espiritual; la materialidad que nos oprime; la naturaleza psíquica inferior que causa tal destrucción; el temor a lo largo de cada posible línea; el temor al fracaso que mantiene a tantos apartados de la actividad y engendra sólo inercia, la gran falta, se nos dice, de los aspirantes y los discípulos.


Hércules asió a Cerbero por la cabeza central y lo venció, porque todos los dioses del sol están ocupados con los problemas de la humanidad y porque desolados, descienden solos al infierno para salvar a la humanidad; de ahí que los dioses del sol han nacido en el signo de Capricornio.


La gran oscilación en Capricornio es compendiada por las palabras claves. En la rueda común ellas son, "Y la palabra dijo: que la ambición gobierne y que la puerta permanezca abierta". Esta es la nave para el impulso evolutivo y el secreto del renacimiento.(El Tibetano) Cuando el verdadero sentido de la realidad reemplaza tanto a la ambición terrenal como a la ambición espiritual, el hombre puede decir con veracidad, "Estoy perdido en la luz suprema, pero vuelvo mi espalda a la luz". Así va el discípulo del mundo, el iniciado en Capricornio, por su camino para servir a la humanidad en Acuario. En ese signo limpia los establos de Augías (del karma de toda ignorancia y error pasados: el Morador en el Umbral) y así se vuelve en Piscis un salvador del mundo. Se recuerda que el último acto de Cristo en su camino al Getsemaní y al Calvario fue el de lavar los pies de sus discípulos.



Se ha dicho: "El cristianismo no ha fracasado: nunca ha sido ensayado". ¿Estamos ahora, después de dos mil años, realmente empezando a ensayarlo individualmente y en formación grupa? Este es el trabajo que hace posible a Cristo reaparecer y también el que prepara a la humanidad para recono¬cerlo y para ser capaz de soportar la calidad de las emanaciones que acom¬pañen su venida.

(Extraído de Astrología Esotérica, PP. 110 23

Monte Shasta



SOMOS EL MUNDO

LA GRAN INVOCACIÓN