martes, 24 de marzo de 2009
LOS CAMINOS DE LA CIENCIA EN LA NUEVA ERA
Con posterioridad a la enunciación y aceptación del Teorema de Bell en la Física Cuántica, se reconoce que todo cuanto sucede en el Universo está interrelacionado, al margen del tiempo y el espacio. Otros físicos como John Wheeler, resaltan que la realidad se conforma - al menos en cierta medida- conforme a la voluntad del observador.
El conocido físico francés, Jean-Emile Charòn, realizador de importantes trabajos,prestigioso investigador del College de France, pubicó un libro "L´esprit cet inconnu" (El espíritu ese desconocido) que se transformó en un best seller, sosteniendo no solamente que el espíritu existe, sino que la física puede ayudar a confirmar su existencia.
Su teoría es original y citan argumentos que no pueden dejar de ser tenidos en cuenta, tanto como por los partidarios como los adversarios de su tesis.
Según Charòn, su trabajo de investigación comenzó hace varios años, cuando intentaba desarrollar la teoría de Einstein sobre la relatividad. Einstein, según se sabe, llegó al borde de uno de los mayores problemas esenciales del hombre, la naturaleza del espíritu "Siempre partiendo de Einstein - expresa el físico- llegué a la conclusión de que nuestra aventura espiritual es eterna como el mismo universo, eterna en el pasado y en el futuro.
En su opinión, la física tiene un papel importante en esta revelación pues, como ciencia, se halla dividida en dos partes: la física experimental y la física teórica. En la primera se encuentran "los científicos que manipulan máquinas maravillosas como los aceleradores de partículas y los radio telescopios, en la otra, osea la física teórica, están los que se pasan la vida haciendo cálculos, estableciendo opciones, son los investigadores por excelencia"
Un hecho notable en los estudios de este físico, es que anteriormente al lanzamiento de "L'esprit, cet inconnu" escribió otro libro de más de quinientas páginas, referente a la relatividad especial constituido solamente por fórmulas que, según él mismo, era una obra solamente para especialistas. El segundo era destinado al lector común, traduciendo con sencillez las fórmulas inaccesibles a los legos. Indagando sobre si sus investigaciones no estarían más ligadas a a metafísica que a la física. Charòn responde: "Todo depende de si encaramos o no el análisis del espíritu como objeto de estudio de la física. Los físicos son generalmente contrarios a ello, a comenzar con Newton. Yo, como teórico, considero al espíritu como parte integrante del campo de investigaciones que interesan a la física, tanto como la materia. Inclusive porque no existe un análisis viable de la materia que no lleve al primer plano de los mecanismos estructurales de nuestro espíritu.
"Entiende igualmente que el Tercer Milenio será el del Espíritu, pues la humanidad, habiendo desarrollado el estudio de la materia, se atrasó en el del espíritu. Y los físicos según los científicos que participan de sus ideas, abrirán puertas a la metafísica para la reflexión.
Es interesante señalar que a partir de la publicación de sus obras, un número razonable de hombres de ciencia se mostraron interesados en apoyarlo. Astrónomos, biólogos, matemáticos hasta teólogos, incluyendo a dos exponente de la ciencia, Feldman y Wheeler, afirmaron con él, que NO ES POSIBLE DISOCIAR EL ESPÍRITU DE LA MATERIA.
-TODO CUANTO EXISTE ESTÁ DETERMINADO POR UN ESPACIO QUE SE CURVA DE FORMAS DIFERENTES-
A partir de los Agujeros Negros, situados fuera de nuestro espacio, existen universos autónomos en relación al nuestro, generados por efecto de la gravitación, donde el tiempo se invierte y la información tiende a acumularse indefinidamente. Lo mismo es válido para una partícula elemental, o electrón. Esta partícula existe, puede ser vista y contiene algo, un agujero negro, es decir, una protuberancia sobre la superficie del universo de que hablamos. En proporciones infinitamente menores, se repite allí el fenómeno del agujero negro -de una geometría cuyo tiempo y espacio son diametralmente opuestos a nuestro espacio/tiempo. En otra palabra, el agujero negro de la partícula no pertenece a nuestro espacio, o tal vez, como máximo, solo tangencialmente.
Jean-Emile Charòn cree que si su teoria es correcta, el espíritu se ubica en los electrones. Sería un espacio-espíritu situado más allá del universo tal como lo conocemos.
En un átomo de materia existe una cantidad de energía y un sistema de electrones, que son la reproducción en miniatura del sistema solar. En este caso, el espíritu sería la materia y los electrones son autónomos, sujetos a la ley de la neguentropía creciente, inversa a la ley que rige a nuestro universo, implicando la imposibilidad de olvidar, de perder informaciones recibidas y acumuladas...exactamente al reves de nuestro universo, donde las informaciones se pierden. En el espacio interior, fuera de nuestro universo, las informaciones solamente pueden desarrollarse, crecer enriquecerse. Se trata de un fenómeno que podríamos denominar, sin exagerar, de evolutivo. Allí de hecho, nada se pierde, todo es acumulado, memorizado, ordenado.
Esto corresponde al principio de sobrevivencia del alma. El alma está allí. Pero fuera de nuestro universo, según la afirmación del eminente: "A mi entender, ella es algo que escapa, al igual que un agujero negro, que se halla fuera del universo y al mismo tiempo dentro de él. Y no ha de sorprendernos el hecho de que la ciencia llegue a concepciones que, en una forma más o menos simbólica, se encuentran en todas las religiones."
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