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lunes, 18 de julio de 2011

ECOS DE DARJEELING




“El amor es el incentivo de nuestra aspiración en el Sendero;


El amor es la sustancia de nuestro vivir en el mundo.

El amor es luz, luz de libertad para todas las criaturas;

El amor palpita por todo el universo con ritmo divino.

El amor es la Conciencia de Dios”



 Reflexionemos varias veces al día sobre las palabras de arriba, recordando que tal “como el ser humano piensa así es él”---  Estas frases alimentarán la aspiración de nuestra alma  Al hacer esto imaginamos que la energía del amor fluye por la red de luz del mundo y estimula los centros sagrados del planeta.  OM…OM...OM..

SANAT KUMARA MAESTRO DE LAS 9 INICIACIONES

Sanat Kumara



Consideraciones Ocultas sobre el Señor del Mundo



Las consideraciones esotéricas sobre Sanat Kumara, el Señor del Mundo, basadas en lo que se halla escrito con caracteres de fuego en los niveles akásicos, o memoria cósmica de la Naturaleza, son realmente trascendentes, no sólo desde el ángulo de vista de su procedencia cósmica, sino también como Representante supremo en el planeta del Logos planetario del esquema terrestre.



La tradición esotérica, que basa todas sus conclusiones en la percepción inteligente de los escritos ígneos grabados en los éteres místicos del Akasa, define al Señor del Mundo bajo distintos términos, expresando cada uno alguna virtud o cualidad inheren­tes al desarrollo espiritual de tal trascendente Vida. Veamos alguno de los más interesantes de acuerdo con la línea de nuestro estudio acerca de la Magia organizada en nuestro mundo:



1. El Anciano de los Días

2. El Doncel de las Dieciséis Primaveras

3. El Avatar de los Nueve Velos

4. El Mago Supremo del Planeta

5. El Iniciador Único

1. La designación de Sanat Kumara como “El Anciano de los Días”, se fundamenta en el hecho oculto de que nadie es tan viejo como Él en experiencia y en sabiduría. Nadie como Él ha vivido y experimentado tanto en el devenir incesante de los Kalpas. Es el Ser planetario de más elevada e incuestionable jerarquía y Quien más conoce las necesidades de la humanidad y de todos los reinos de la Naturaleza. “El Consejo de Ancianos” prevaleciente, todavía en muchas comunidades sociales del mundo, se basa en la autoridad de la experiencia, en la rectitud de los juicios y en la ausencia total de pasión que suele desaparecer en el transcurso de los años. Pero, se trata de una experiencia que podríamos denominar “temporal” y que nada tiene que ver frecuentemente con la experiencia espiritual que parecen denotar ciertos jóvenes en la vida social del mundo. Se trata de aquella experiencia que va completamente desligada de la edad aparente del cuerpo físico. El gran Maestro Kut Humi suele denominar a esta experiencia como “un fruto de la jerarquía espiritual alcanzada en pasados ciclos de vida”, y cuando ‑-como en los momentos actuales‑- hay una gran profusión de jóvenes que encarnan en el mundo para exteriorizar ciertos planes específicos de la Gran Fraternidad Blanca, suele denomi­narles familiarmente “la legión de los jóvenes viejos”.

2. Aquellos benditos seres planetarios que alcanzaron ciertas elevadas iniciaciones planetarias, describen al Señor del Mundo como “un joven adolescente", lleno de gracia y majestad. Su aura magnética de un indescriptible y fulgurante color azul índigo no puede ser resistida sin peligro de desintegración de los vehículos de expresión de la conciencia, a menos que no haberse alcanzado la tercera Iniciación jerárquica denominada de la Transfiguración, la cual implica haber “purificado convenientemente” los tres vehículos de manifestación humana en los tres mundos de la evolución kármica: el físico, el astral y el mental.

En uno de los sagrados recintos de Shamballa, sede del Señor del Mundo, se guarda un libro conocido como “Archivo de la Sabiduría” y también como “El Libro de los Iniciados”, en cuyas páginas se hallan escritos con carácter de perpetuidad el pasado, el presente y el futuro del planeta. En una de estas páginas y haciendo referencia a Sanat Kumara, puede leerse: “La Presencia del gran Señor es radiante e imponente, llena de indescriptible autoridad y jerarquía, pero rebosante también a extremos indecibles de santa bondad e infinita benevolencia... Aparece a los Ojos de los puros como un Doncel de Dieciséis Primaveras y Su Visión llena de paz, de amor y de increíble dinamismo”.


Estos viejos comentarios son muy significativos si los analizamos desde el ángulo oculto, pues no hacen sino reafirmar la ley jerárquica de los Jóvenes Ancianos a los que hacía referencia el Maestro K.H., descritos en muchas partes de aquel gran Libro de la Vida, que escribieron para cada época los excelsos Adeptos venusianos que instituyeron la Logia Blanca o Jerarquía Espiritual en nuestro mundo, haciendo una muy marcada e inteligente distinción entre la edad espiritual que crea jerarquía y la edad mortal que es una representación o apariencia física que acompaña naturalmente al juicio de las edades en movimiento cíclico.


Así, las Dieciséis Primaveras, representadas objetivamente por Sanat Kumara, podrían muy bien ser una manifestación de la edad física de la Tierra en el presente ciclo de vida. Como más adelante podremos apreciar hay una muy directa relación, basada en el principio de analogía, entre la aparente Adolescencia del Señor del Mundo y el tiempo –increíblemente lejano– que ha de recorrer todavía el planeta Tierra antes de finalizar su etapa evolutiva en el plano físico.


3. La definición de Sanat Kumara como “Señor de los Nueve Velos” parece indicar –siempre de acuerdo con la revelación de “El Libro de los Iniciados"– el grado de evolución alcanzado por el excelso Ser que guía los destinos del mundo. La investigación esotérica afirma el hecho de que cada velo encubre una Iniciación y que, por lo tanto, Sanat Kumara es el único Iniciado en el planeta que ha recibido Nueve Iniciaciones. Sólo el Logos planetario, el Hombre Celestial del esquema terrestre, le supera en tal sentido. Según se nos dice ocultamente el Logos planetario ha recibido la Décima Iniciación Solar y la Quinta Iniciación Cósmica. Sanat Kumara, Su representante aquí en el planeta, gran Adepto en el esquema planetario de Venus, a Quien reverentemente designamos bajo el nombre de Señor del Mundo, recibió Nueve Iniciaciones Solares y está atravesando actualmente la crisis espiritual que precede a la Cuarta Iniciación Cósmica...

La analogía existente entre “velos e iniciaciones” viene corro­borada en los Evangelios, cuando son leídos a la luz astral de los registros akásicos y libres por ello de toda interesada explicación doctrinal o religiosa, en aquellas palabras sobre las que aparentemente están de acuerdo los cuatro evangelistas: “Cuando expiró Cristo en la Cruz se rasgaron los Velos del Templo” (de Jerusalén).


Recurriendo de nuevo a las afirmaciones del Libro de los Iniciados, quizás podamos aclarar aquel hecho sorprendente en la historia de Cristo, pero considerándole no sólo como una Entidad histórica, sino más bien como una representación mística del drama psicológico que ha de vivir toda la humanidad. Leemos: “En el momento en que el Arhat recibe la cuarta Iniciación en el monte Gólgota de Su elevación espiritual y en la Cruz del Karma en la que estuvo clavado desde el principio de las edades, un rayo de Luz fulgurante se precipita sobre Sí y al expirar, después de pronunciar el gran Mántram de destrucción recibido de labios del Señor del Mundo y sintetizado en la cuádruple fórmula mágica ‘Todo ha sido consumado’, son rasgados los velos del Templo, los velos simbólicos de los cuatro elementos que encubrían el Centro místico de su vida espiritual y el secreto de su propia eternidad”. Hasta aquí la bella descripción del Hecho crístico en el Libro de los Iniciados.

Pero, analizándola desde otro ángulo de vista, la experiencia del Arhat es clarificada hasta en su sentido histórico. Veamos lo que al respecto nos dice Mme. Blavatsky en La Doctrina Secreta: “...En el Templo de Jerusalén donde simbólicamente fueron rasgados los velos al producirse la muerte física del Cristo, el Sancta Santorum, o lugar más secreto, estaba oculto por cuatro velos o cortinas, las cuales eran sostenidas por cinco columnas. El cuarto velo era rasgado o destruido por el Arhat en el momento místico de recibir la Cuarta Iniciación, utilizando las potentísimas energías ígneo eléctricas que le había comunicado el Cetro planetario del Señor del Mundo.


Podríamos sintetizar ambas afirmaciones, las del Libro de los Iniciados y las de La Doctrina Secreta, en ciertos hechos concretos:

Cada cortina o cada velo tenía determinado color y simbolizaba la actividad de uno u otro de los cuatro elementos naturales, tierra, agua, fuego y aire, una expresión del Cuaternario humano, que está formado de aquellos elementos, siendo las cinco columnas de las que pendían los velos, la representación simbólica de las cinco virtudes capitales que distinguen al Iniciado: el Valor, la Confianza, la Determinación, la Prudencia y el Equilibrio.


Las Cinco Columnas y los Cuatro Velos que encubrían el Sancta Santorum suman el número Nueve, el cual es descrito esotéricamente como Número del Hombre y también como Número de la Iniciación. Nueve es en efecto el número de meses que ha de pasar la criatura humana en las entrañas maternas, antes del nacimiento, Nueve es la suma de los números Cinco que corresponde a la Quinta Jerarquía Creadora de Hijos de la Mente o Ángeles Solares y Cuatro que caracteriza a la Cuarta Jerarquía Creadora, la cual al recibir el glorioso impulso de los Señores de la Mente creó a la humanidad, el Cuarto reino de la Naturaleza. Hay evidentemente una directa relación entre los Nueve meses de la gestación humana y las Nueve Iniciaciones solares testificadas por Sanat Kumara, el Señor del Mundo.


4. Sanat Kumara es el Mago Supremo del Planeta. Él proyecta, elabora y ejecuta a través de Sus Agentes espirituales, todos los planes de la evolución planetaria. Utilizando ingentes legiones de Devas de todas las jerarquías espirituales, se introdu­ce en el interior de los reinos y de las especies y sabe de todas sus necesidades. A través de los grandes Kumaras que secundan Su labor establece contacto con el ambiente cósmico, y por medio de los Señores del Karma y de los grandes Guías espirituales de los Departamentos de la Política, de las Religiones y de la Civilización, administra sabiamente la ley de Justicia, inspira espiritualmente a los estadistas del mundo, mejora la calidad de los vehículos físicos de las Razas evolucionantes, se introduce en el corazón místico de la humanidad creando anhelos de perfección y dinamiza las mentes de los hombres para que se establezcan en el seno social del mundo, las bases dinámicas donde se asentarán la civilización y la cultura de todos los pueblos de la Tierra.




El Señor del Mundo está en todas partes. Los llamados ocultamente “Agentes de Shamballa”, legiones innombrables de poderoso Devas de todos los planos de la Naturaleza y grupos de Miembros activos de la Gran Fraternidad Blanca, Maestros, Iniciados y Discípulos, son Sus Manos, Su Mente y Su Corazón. Por medio de Ellos sabe perfectamente –ya que forman parte de Su propia Conciencia, cuanto ocurre en el interior del “círculo‑no‑se‑pasa” de la Tierra... Por ello está mucho más cerca de nosotros de lo que podamos suponer, “flotando” –si podemos decirlo así– por encima de todos los ambientes sociales del mundo, preparando con Amor y Sabiduría imposibles de describir, las bases espirituales para un más noble y esperanzador futuro para toda la Raza.


Todo el Trabajo es llevado a cabo por el Poder que le depara Su indescriptible y profundo conocimiento de la Leyes de la Magia organizada del sistema solar, mediante las cuales produce la Magia organizada planetaria, que mantiene en cons­tante y permanente movimiento evolutivo la vida entera de la Tierra con todos sus planos o esferas, reinos, razas y especies...

Podemos aplicar pues al Señor del Mundo, aunque a escala cósmica, cuanto vayamos explicando acerca de los princi­pios fundamentales que rigen la Magia organizada, sabiendo que es ÉL quien la promueve, sostiene y ejecuta por todos los ámbitos del planeta Tierra...



5. Sólo Sanat Kumara, el Señor del Mundo, tiene autoridad absoluta sobre la Tierra y sobre la administración en la misma de la Justicia solar. Ésta se fundamenta ‑-como vimos anteriormen­te‑- sobre la jerarquía espiritual, la cual viene determinada por el progreso interno alcanzado por todos y cada uno de los seres que pueblan el planeta y vivifican su contenido. La Jerarquía espiri­tual es una Ley solar y viene avalada por lo que ocultamente llamamos “proceso iniciático”. La Iniciación, técnicamente descrita, es el método mediante el cual se introduce a los seres humanos de éste o de cualquier otro planeta dentro del sistema solar, en los sagrados misterios de la Magia organizada... Siendo el Señor del mundo el Mago Supremo del planeta, justo es que sea ÉL el único Iniciador, Quien confiera el poder mágico que acompaña a toda Iniciación.


Los detalles inherentes al proceso iniciático: la revelación de los secretos de la Voz o de los Mántrams, la percepción y comprensión de los Misterios y la aplicación del Cetro iniciático, pertenecen por entero a la Suficiencia infinita del Señor del Mundo, QUIEN delega Su autoridad en algunos grandes Adeptos o en el propio Bodhisattva, el Instructor espiritual de la Raza, en las dos iniciaciones menores o preparatorias y en las dos primeras iniciaciones jerárquicas. Pero ÉL, en Espíritu y en verdad –tal como rezan los textos místicos– estará siempre presente para recibir, a través de los Hierofantes, el juramento de los Iniciados, aunque éstos vean sólo ante sí a los grandes Maestros o al Bodhisattva... Incluso el Cetro jerárquico utilizado en las primeras iniciaciones ha de estar ocultamente dinamizado por el poder que emana del Cetro planetario, del Diamante Flamígero utilizado por el Señor del Mundo. A partir de la tercera Iniciación, o de la Transfiguración, el Señor del Mundo, perfectamente visible a los ojos internos del Iniciado, aplica directamente sobre los centros mentales de éste la tremenda fuerza cósmica contenida en el Cetro planetario. Esta fuerza, de un indescriptible y desconocido potencial ígneo‑eléctrico, es el elemento de conexión entre Sanat Kumara, el Logos Planetario del esquema terrestre y el Logos Solar. “En las entrañas misteriosas del Cetro se halla oculta la energía que permite la unificación de los mundos”. Estas palabras, extraídas como siempre de “El Libro de los Iniciados”, nos dan una certera idea de la Ley de jerarquía que gobierna todos los mundos y que al decir de los Iniciados, “utiliza el fuego eléctrico de la Resolución para producir coordinación y síntesis” de los poderes internos.


El Talismán de Brahma del que surge el Fuego de Kundalini y el Cetro Jerárquico utilizado por el Bodhisattva, no son sino fuegos menores ante la terrible fuerza ígnea que guarda en sus entrañas el Diamante Flamígero, o Cetro planetario del Señor del Mundo. Es por esta razón que Sanat Kumara, es el Único que puede manejar esta tremenda e indescriptible energía cósmica, es el verdadero y Único Iniciador, el Hierofante absoluto en todas las Iniciaciones que se imparten en el dilatado escenario del “círculo nose-pasa” de la Tierra.

Tomado de : Magia Organizada Planetaria, Vicente Beltrán Anglada






Lady Venus llama gemela de Sanat Kumara

Shamballah


"Diosa del Amor y la Belleza, asiste a la Tierra desde Su Planeta Venus, irradiando ese Puro Amor Divino que estimula los corazones de la gente y de toda vida de nuevo hacia el despertar espiritual.

 Sinfonía n°2 en mi menor, opus 27, “Adagio” (3°movimiento) .

Sergei Rachmaninoff.

Su Radiación dulce y serena, transforma en bello aùn aquello que parecería distar de esa condición y todo es embellecido por el flujo del Amor sentido e irradiado como se conoce en Venus, sin sombreos humanos.


Ella nos dice que nuestro viaje por el sendero de la vida serìa mucho mas hermoso si fuera realizado con un sentimiento de Amor, Amor que Ella demostró al sostener Su Planeta y guiarlo sin la presencia de Su Amado Sanat Kumara, El cual estuvo asistiendo a nuestro Planeta por cuatro millones quinientos mil años."


"... No hay Religión, Filosofía o Ciencia Más Elevada que la Verdad, y Ésta no es Propiedad de Nadie, Excepto del Espíritu Libre que esta dentro de todos nosotros"




Para saber más...

 

Vicente Beltran Anglada


PELÍCULA DE LA SEMANA


Dirección: Hu Mei


País: China

Año: (2010)

Duración: 110 min.

Género: Drama Histórico

Guión: Hu Mei

Producción: Chui po-Chu, Han Xiaoli, Shi Dongming y Jiang Tao

Música: Zhao Jiping

Fotografía: Peter Pau

Montaje: Zhan Haihong

Vestuario: Yee Chung-Man

Estreno en España: 20-04-2011



Reparto: Chow Yun Fat, Zhou Xun, Lu Yi, Ren Quan, Qiao Zhenyu



Se centra en los últimos años de la vida del influyente filósofo chino Confucio, periodo que abarca desde su toma de cargo político a los 51, hasta su muerte a la edad de 73 años, época en el que tiene lugar la apoteósica historia de enfrentamientos entre los estados Chinos. Nacido en el año 551 AC murió siendo un hombre muy importante para la cultura china. Era una época donde se libraban innumerables guerras entre los reinos de china. El rey Lu recibe la ayuda de Confucio quien utiliza su inteligencia y carisma para calmar su estado de conflicto interno y guerras interminables. Pero las grandes potencias del estado se sentirán amenazados por el filósofo, por lo que Confucio va en forma voluntaria al exilio.





CONFUCIANISMO



La esencia de sus enseñanzas se condensa en la buena conducta en la vida, el buen gobierno del Estado (caridad, justicia, y respeto a la jerarquía), el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación. Las máximas virtudes son: la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y antepasados. Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo. gobernante/súbdito, marido/mujer; padre/hijo. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen estas relaciones en plena armonía. La base de la doctrina confuciana es recuperar a los antiguos sabios de la cultura china e influir en las costumbres del pueblo.




El maestro Kung fue el primero que reunió a un grupo de discípulos provenientes de distintos principados para formarlos adecuadamente en el buen gobierno. Junto con las medidas a tomar que ya había formulado en su época de joven funcionario, propuso llevar a la práctica sus ideas basándose en el respeto de las Tres Dinastías y recuperar la política del Duque de Tcheu. Confucio confiaba en que un príncipe siguiera sus indicaciones. De este modo, al final de un ciclo de doce meses, se habría logrado algún resultado; en tres años, su proyecto social se habría consumado a la perfección. Podemos resumir la doctrina confuciana en una serie de mandatos que deberían ser los principales deberes de todo hombre de gobierno:



1.Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios para la vida cotidiana.

2.Por este motivo, debe servirse en primer término con soberano respeto a Aquel que es el Primer Dominador.

3.Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.

4.En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero superior del “Justo Medio”.

5.Tener en cuenta las dos clases de inclinación propias del hombre: unas proceden de la carne y son peligrosas; las otras pertenecen a la razón y son muy sutiles y fáciles de perder.

6.Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales (explicadas más abajo).

7.Tener por objeto final la paz universal y la armonía general.

En el poco legado escrito que dejó, las Analectas, una colección de conversaciones con sus discípulos, vemos que basaba toda su filosofía moral en una enseñanza central: el ren (jen), que es la virtud de la humanidad y a su vez está basada en la benevolencia, la lealtad, el respeto y la reciprocidad. Estos valores son imprescindibles en las relaciones humanas, que Confucio describió:

1.Entre gobernador y ministro.

2.Entre padre e hijo.

3.Entre marido y mujer.

4.Entre hermano mayor y hermano menor.

5.Entre amigos.

Estas relaciones tienen, además, una característica principal: el superior tiene la obligación de protección y el inferior, de lealtad y respeto. En último término, todas las personas están sujetas a la voluntad del Cielo (tiamchi; t’ien-chih), que es la realidad primera, la fuente máxima de moralidad y de orden (¿logos griego?). No es el tema de especulación, pero en cierto modo está relacionado mediante el ritual. En algunos textos es sinónimo de Shang-ti, el señor supremo. El Emperador gobernaba por mandato del Cielo.


No obstante, todo lo que Confucio quiso llevar a cabo no era nuevo, sino que correspondía, como él mismo confesaba, a lo ya dicho por una larga tradición de sabios. Sus ideas estaban basadas en una herencia espiritual que la escuela de los ru o letrados, y más concretamente el mismo Confucio, habían compilado y sistematizado de forma sublime.

También, se atribuyen a Confucio los “Cinco Clásicos”, que aparecieron con posterioridad a la muerte del maestro. Tras ésta, su obra y su vida se convirtieron en objeto de culto y generaron todo un paradigma en torno a sus enseñanzas, las cuales, alcanzan nuestros días.

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Estreno: Confucio 2011 [Español][DVD-Rip]

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ALGUNAS CITAS CELEBRES DE CONFUCIO

 "Cometer un error y no corregirlo es otro error."

"Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos."

 "La sabiduría se preocupa en ser lenta en sus discursos y diligente en sus acciones."

"No contestes a una palabra airada replicando con otra de igual tenor. Es la segunda, la tuya, la que seguramente los llevara a la riña."

"No me preocupa el no ser conocido. De lo que trato es de hacerme digno de ser conocido."

"Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón."

 "El que por la mañana ha conseguido conocer la verdad, ya puede dormir por la tarde."

"Perdónasele todo a quien nada se perdona a sí mismo."

"Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios."

 "Aprender sin pensar es tiempo perdido; pensar sin aprender es peligroso."

"La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas."
"El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud."

"Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber."

"Aprender sin reflexionar es malgastar la energía."

"Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente. Observa sus defectos y conocerás sus virtudes."

 "No rectificar un error cometido es cometer otro error."

"No engañes a tu corazón con inútiles palabras que solo demostrarían la escasez de tu inteligencia."

"El hombre sabio busca lo que desea en su interior; el no sabio, lo busca en los demás."

"El hombre superior se culpa a sí mismo, él inferior culpa de todo a los demás"

"Si sirves a la Naturaleza, ella te servirá a ti."

 "No rectificar un error cometido es cometer otro error."

 "El hombre de bien exige todo de sí mismo; el hombre mediocre espera todo de los demás."










domingo, 17 de julio de 2011

SIMBOLOGÍA NUMÉRICA




Cada Sistema de trabajo, cada profesión, cada línea independiente de actuación social, dentro de una sociedad, posee un lenguaje propio, un idioma particular que se compone de ciertas palabras o códigos privados que componen un particular “argot” La simbología numérica tiene su propio “argot” pero ese “argot” tiene una particularidad y es que cada clave utilizada dice no solo aquello que representa sino que va aún más allá del propio significado de tal modo que cada persona se conecta con el signo original en si puede, a través de él, llegar a significados en los que ni siquiera pensó su creador cuando lo inventó de tal modo que los códigos del lenguaje numérico tienen la posibilidad de comportarse como transmisores activos de información, ampliando el propio contenido en función de la capacidad de comprensión del receptor, más allá de las limitaciones que el creador del código pudiera imponerle.


 El lenguaje al que me refiero es el símbolo y es a través de los símbolos como muchos investigadores tanto científicos como filosóficos y místicos lograron conservar y transmitir esa información recogida en sus estudios, de tal modo que los mismos símbolos fueron capaces de ampliar la información contenida en ellos a través de los tiempos.


Posiblemente esos investigadores comprendieron que cualquier lenguaje empleado en la transmisión de sus conocimientos sería incompleto y limitado a la hora de alcanzar a estudiosos o iniciados de otras lenguas, culturas y tradiciones, que por muchas traducciones que se hicieran, tan ímproba tarea sería siempre limitada e incompleta. Llegaron a sí a concebir el único lenguaje universal sin necesidad de comprender sus respectivos idiomas: el símbolo. A través del lenguaje de la simbología, los estudiosos investigadores han transmitido a través de los siglos, información resultante de su trabajo, que sólo podría ser comprendida para quienes pudieran comprender o sintonizar con ese lenguaje.

Hemos venido, pues, para aprender un idioma, un lenguaje. Claves del lenguaje con simbolismo los encontramos, por ejemplo en las antiguas catedrales. A menudo hemos visto símbolos repetitivos en las antiguas iglesias y catedrales, repeticiones de figuras, de números, de geometría, de actividades, que a menudo pudieran no tener nada que ver con la vida eclesiástica o religión.

Hemos pasado delante de esos símbolos sin preguntarnos siquiera lo que pudieran significar o si pudieran resultar algo más que una licencia artística de su creador. En la mayor parte de los casos, no obstante, es algo totalmente intencionado a través de lo que el artista pretendía transmitir a los visitantes capaces de comprender una información particular.

Del mismo modo, encontramos claves de simbolismo en las claves del Tarot arquetípico, que algunos conocen y que la mayoría cree que se tratan solo de naipes de un sistema de adivinación, ignorando que en esas cartas hay mucho más que respuestas sobre el futuro, sino claves acerca de nuestra propia transformación. El Tarot, es realmente un libro que nos habla de nuestro propio interior, de nuestro propio trabajo evolutivo, que solo puede ser comprendido por los que conocen el lenguaje del simbolismo.

Por estos sistemas, a través de los tiempos, los antiguos aprendieron a transmitirnos, en sus claves una información que normalmente no sería comprensible o accesible a través de textos detallados. Hay información, incluso, que ni siquiera se puede escribir, solo se puede sentir cuando uno se sumerge definitiva y firmemente en el símbolo. Es, pues, un lenguaje que solo puede ser comprendido, “leído” por medio de la inmersión en esa llave que es el símbolo mismo.

Uno de los grandes simbolistas del pasado, al que no le hemos dado mayor importancia en ese sentido, fue Pitágoras. Para nosotros fue tan solo un matemático, tal vez el Padre de la matemática, pero lo que se ha omitido por parte de nuestros educadores, posiblemente de forma intencionada, es que Pitágoras más que un matemático, era un filósofo. Un filósofo que utilizó la alegoría matemática para transmitirnos una información nacida de su trabajo filosófico en sus escuelas de iniciación. Y es precisamente ese simbolismo matemático de este trabajo el que marcará el punto de nuestro trabajo con la simbología.

 Pitágoras fundó una hermandad, la de los Pitagóricos, en la que se dedicaban mucho más que al estudio de la matemática al estudio de la filosofía. Practicaban meditación y el ascetismo  la alimentación vegetariana y el estudio de la filosofía de la vida, sumergiéndose a través de las claves matemáticas en la comprensión del Universo y de las leyes que fundamentaban la Creación, intentando comprender el significado de los números y extrayendo de ellos una comprensión de sí mismo y de las Leyes del Universo.



El O – El O es en realidad el número que encabeza una serie numérica y, al mismo tiempo es el que se halla más allá de todo número. Por propia definición, el O es el no-número, y aquel que define la ausencia de cosas y, por tanto, la Nada. Y será este no número el que más nos acerque a la concepción de la Divinidad, pues antes de que existiera cosa alguna, antes de que se produjera cualquier tipo de manifestación, no existía nada, ninguna cosa creada y, no obstante, existía el Dios Eterno inmanifestado. Así Dios era no-cosa, pues ninguna cosa existía aún y así se comprende la gran contradicción entre el “Todo”, Dios, y la “Nada”, reconciliándose ambos en una sola y misma cosa. Si Dios es el Todo, obviamente todo se hallará dentro de Él, incluso la Nada. Entendemos aquí que la Nada es en realidad no-cosa, la inexistencia de algo manifestado. La misma forma del O, evoca la imagen de la semilla, del huevo, que no está vivo en sí pero contiene en su interior el germen de la vida. Esa es una definición correcta para la Divinidad, que no es cosa alguna, pero conteniendo en su interior el germen de la manifestación. El O, representa pues, el principio primordial, la Divinidad misma que se halla más allá de toda expresión y por tanto de cualquier posibilidad de comprensión por parte del hombre. En su interior se desarrolla el germen de la existencia, y ese germen se expresará finalmente en el comienzo de la manifestación, dando lugar a lo que conocemos como “Creación”. La semilla y el huevo evocan igualmente la forma del útero materno, en cuyo interior se gesta la vida para ser posteriormente alumbrada hacia lo exterior, manifestada en el mundo que conocemos.




1 – Del O surge el 1, el punto. El 1 encierra el significado de la primera acción creadora, cuando el Todo decide comprimir pero cargado de un poder infinito. Este punto será el centro de todo lo existente, el “Kéntron”, el punto de partida que se encuentra tras cada cosa manifestada y la raíz del gran árbol cuyas ramas darán lugar el Universo conocido y desconocido, aún cuando cada una de ellas no esté jamás sino aparentemente separada de la raíz. El punto primordial, el 1 nos habla del Dios manifestado, el único e indivisible, el primer punto, la “Mónada”, aquel que contiene en sí todas las polaridades y todos los opuestos y que resulta la fuente de energía de toda su obra, siendo uno con esa misma obra.

2 – No obstante, ese punto precisó realizar un tipo de acción particular para producir la Creación, el movimiento. En ninguna tradición de nuestro mundo se omite un primer paso que Dios debe realizar para crear, una primera acción que determinará el proceso de movimiento, de acción en sí. ¿Cuál es ese paso? Ese paso es la escisión, la división. Dios se divide en dos.

Encontramos en la filosofía china del Yin y Yang. Dios se divide en dos partes iguales, dos mitades idénticas y complementarias que resumen cada una la mitad de sus aspectos. Dos mitades que sienten cada una la ausencia de su complemento, de su otra mitad, dos mitades que se buscan y se repelen constantemente, dos mitades que en esa necesidad de su opuesto producen constantemente el movimiento, la acción. Las dos mitades son el Principio de la Creación.



Todo el Universo lo podemos reconocer como dual: positivo-negativo, activo-pasivo, positivo y negativo, masculino y femenino, Yin-Yang. En la tradición griega en el principio fueron creados Urano (el cielo) y Gea (la Tierra) significados análogos a los de la tradición China con el Yin (la Tierra) y el Yang (el cielo) ¿Acaso la Biblia no nos dice exactamente los mismo? “El principio fueron creados el Cielo y la Tierra”, primeras palabras del Génesis evoca claramente la misma idea de la filosofía griega. La divinidad establece primariamente una dualidad creadora. En todas las tradiciones aparece el mismo principio de división: Isis y Osiris (Egipto), Apsou y Tiamat (Babilonia), Ormuz y Ahrimahn (Persia)…Siempre se nos evoca un principio masculino y uno femenino .


 El principio masculino como fuerza, como energía, como vigor. Muchas veces, a pesar de lo que nos han dicho, el principio masculino no toma parte activa en la Creación. El se mantiene aparte, en la sombra y es el principio femenino, la diosa, la que retoma su fuerza y danza, establece el movimiento y desarrolla, las fuerzas de la creación, hacia abajo, hacia la Manifestación, dando origen al Universo, mientras que el Dios toma esas fuerzas de manifestación en un momento determinado y las proyecta de nuevo hacia arriba. Estos dos principios plantean las fuerzas Universales del flujo y reflujo, planteando una vez más la corriente del dualismo, de la polaridad. Un proceso de creación completo es imposible sin plantear la acción de ese principio polar. Ahora bien, más allá de esa dualidad sigue existiendo el Uno. El Dios trascendente, que recoge en su interior la reconciliación de toda dualidad pues no es masculino ni femenino, ni activo ni pasivo, sino ambas cosas a la vez.



Cuando entendemos esto es necesario rechazar la imagen de un Dios como lo concebimos, que no es un dios hecho a imagen y semejanza del hombre. Cabe comprender a Dios según nuestras limitaciones, pero Dios es mucho más que eso y en su concepción se halla más allá de nuestras posibilidades. Dios no es ni hombre ni mujer, ni joven ni viejo, está más allá de toda polaridad.

Mientras el Uno recoge el principio universal, el Dos es la fuerza necesaria para poder establecer el movimiento, la acción.

3 –La unión del 1 y del 2 nos dará el 3. El 3 es la fuerza que lleva uno hacia otro a los dos principios polares, el poder de la atracción, que conduce a esos dos principios hacia la atracción o hacia la repulsión, generando así el movimiento. Con el 3 surge la triada original que contiene un elemento masculino otro femenino y un tercero de reacción entre ambos, una fuerza que se reserva la Mónada original para hacer interactuar a esos dos elementos que han brotado de ella. El 3 equilibra esos dos elementos distintos y los pone en acción, pues los dos principios polares, aisladamente, no pueden crear. Es necesario algo que llamamos atracción, algo que llamamos magnetismo, para que esas fuerzas puedan actuar y crear. Todo lo que podamos definir como Creación, en cualquier sentido, es el resultado de la acción de dos principios opuestos, uno activo y otro pasivo. Siempre que dos principios contrarios se unen, sin excepción se produce una creación. Ahora bien, la Creación puede ser en dos sentidos distintos: Uno, hacia abajo, hacia la manifestación, hacia la materia y la expresión; y Dos, hacia dentro, hacia el interior, hacia la superación. El 1 y el 2 podían unirse para dirigir su fuerza hacia abajo y generar el siguiente elemento, la manifestación, el mundo conocido, la materia, el 4.



4 – El 4 corresponde, pues, al hijo, resultado de la unión de los dos principios polares, contrapuestos. Esa sería la idea original de Pitágoras. Para él el 4 sería enormemente importante pues resumiría la obra de la Creación y escondería, en su interior, a Dios mismo manifestado. Pitágoras le dio al 4 el nombre especial de Tetractys, siendo un número secreto que resumía la obra creadora uniendo un principio masculino, uno femenino, una fuerza de atracción entre ambos y un resultado final, el hijo. La Tetractys esconde a la Divinidad en su desglose pues 1+2+3+4=10 y 10 es el número de la Divinidad que nos lleva nuevamente al O, tras un ciclo entero de manifestación.

10 Representa a la totalidad y a menudo se define a Dios con esa cifra en numerosas tradiciones. Cuando no existe una expresión física de esos dos principios polares opuestos, esa fuerza se expresa hacia el interior dando lugar a un hijo místico, pudiendo dar lugar a una evolución interior (si se trabaja correctamente) como una  entidad astral independiente, o involución nacida de esos elementos. El trabajo creativo a nivel interior en esa unión puede generar un hijo místico de creación interior, de automejora, de realización. El trabajo negativo en esa dirección crea un ente que nace de la idea errónea y que se convierte en una especie de vampiro “etéreo” que se ceba en los estados anímicos de sus creadores, lo que aumenta la problemática de sus creadores pudiendo caer en estados obsesivos compulsivos, incluso llegar a la esquizofrenia emocional.

Esto último se puede solucionar realizando uniones con una concepción trascendente, lo que elimina esa forma negativa de unión y genera, al unirse los principios psíquicos y emocionales a la pura unión física, un estado interior totalmente armónico, pudiendo, incluso, llegar a provocar una mejora en la salud y un enlentecimiento en los procesos de envejecimiento. Este planteamiento no es en absoluto gratuito, sino que se halla avalado por experimentaciones y técnicas que tienen más de 3000 años, como las desarrolladas por el taoísmo chino o el tantrismo hindú.


Con respecto al 2 podemos observar que la mujer es el único ser que puede “duplicarse a sí mismo” crear otro ser, igual así, luego la asociación del 2 al principio femenino es totalmente exacta. Con respecto al 3 podemos plantear una aproximación a la idea de la Trinidad expresada en distintas tradiciones, Dios es “Uno y Trino” pero debemos refutar la idea clásica –aún vigente en nuestros días- de un Dios Padre, un Dios Hijo, y otro Espíritu, para llegar a una concepción más coherente en torno a un Dios Padre y un Dios Madre, equilibrado por un Dios Todo, neutro que equilibra esos dos aspectos polares. Si nos mantenemos en el simbolismo, descubriremos que los padres de la iglesia, aún eliminando al principio femenino de su triada, lo mantuvieron encubierto tras el símbolo, pues la Paloma es en la tradición el ave de Venus, la Diosa, además del Espíritu Santo, con lo que se nos devuelve al significado original. Esta triada original daría origen a toda la Creación. El 4 es la manifestación final.


El 4 expresa la manifestación en todas las tradiciones, y por tanto, se refiere al mundo material, objetivable, palpable, en nuestra concepción particular. Por ello, al mundo físico material, se le ha denominado la “esfera de los cuatro elementos” Los antiguos creían que toda la creación se hallaba construida por 4 substancias o elementos fundamentales.

Esas 4 substancias eran denominadas por: Fuego, Aire, Agua, y Tierra, Por supuesto que no nos estamos refiriendo al suelo que pisamos, al fuego con el que nos calentamos, al agua que bebemos, o al aire que respiramos, sino a unas substancias que tienen características asociables a dichos productos y cuyas combinaciones constituyen todo lo existente- El fuego se asocia a la energía, la Tierra a la parte palpable, tangible, el Aire a lo impalpable, aunque perceptible y en el hombre se asocia a la mente, al pensamiento, y finalmente el agua se asocia a algo que es fluido, que se puede palpar pero que se escurre entre nuestros dedos y que adopta la forma de su contenedor sin tener una forma definida.






 
 
Continuará………..

Shana

viernes, 15 de julio de 2011

AVE FÉNIX




Como símbolo de inmortalidad y resurrección, es un ave fabulosa, con plumaje escarlata.


Se dice de él, que cuando su muerte está cercana se construye un nido con plantas aromáticas y resinas, unos dicen que con el batir de sus alas se prende fuego, resurgiendo de las cenizas lleno de esplendor y vitalidad.

Encontramos este símbolo Universal en casi todas las culturas, pero quizá donde encontremos su mayor significado, sea en la cultura egipcia, donde es un ave consagrado al Sol. Estando estrechamente relacionado con Orisis.

Los dos símbolos vienen a representar la resurrección en la inmortalidad.

En nuestra vida cotidiana nos convertimos en muchas ocasiones en Ave Fénix, si caemos, mil veces nos levantamos para resurgir de nuevo, si nos traicionan, perdonamos y liberamos las cadenas que nos atan a la piedra, si amamos y nos sentimos amados, ¡Que hermoso vuelo emprendemos para fundirnos con su fuego!

Shana