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lunes, 2 de febrero de 2015

LA DIOSA



“Soy la gran madre, venerada por la creación y he existido mucho antes que su conciencia. Soy la principal fuerza femenina, ilimitada y eterna.

Soy la casta diosa Luna, la señora de toda la magia. El viento y el movimiento de las hojas caen sobre mi frente y mis pies descanzan sobre el estrellado cielo. Soy un campo intocable por el arado. Regocíjate en mi y conoce la plenitud de la juventud

Soy la madre bendita, la misericordiosa. Señora de la cosecha. Estoy cubierta por la profunda y fresca maravilla de la tierra y el oro de los campos abundante como el grano. Por mí las corrientes de la tierra son reguladas; todas las cosas llegan a la fructificación de acuerdo a mi estación.

Soy refugio y curación. Soy la madre que da la vida, extraordinariamente fértil.
Venérame como la arpía, vigilante del inquebrantable ciclo de la muerte y el renacimiento. Soy el retorno y la sombra de la Luna. Regulo las corrientes de las mujeres y los hombres y doy alivio y renovación a las almas fatigadas. Aunque la oscuridad de la muerte es mi dominio, la alegría del renacimiento es mi regalo.




Soy la diosa de la Luna, la tierra, los mares. Mis nombres y fuerzas son múltiples. Derramo magia y poder, paz y sabiduría. Soy la eterna doncella, madre de todo y arpía de la oscuridad y te envío mis bendiciones sin límites de amor.”
Es frecuente oír hablar del respeto a la “madre naturaleza” o “madre tierra”, atribuida a las bondades fértiles de la tierra tanto en plantes como en animales, así como también al embarazo y a la procreación. Estos conceptos han tenido una serie de implicancias en los últimos tiempos: el resurgimiento de la veneración de la diosa ha atraído a un gran número de mujeres y en general, de grupos humanos occidentales a quienes se les ha negado durante años el aspecto femenino de la divinidad. La importancia del símbolo de la diosa para las mujeres significa la visión de sus cuerpos y de todos sus ciclos vitales, como algo divino, sagrado y respetable, así como lo son sus capacidades pro creativas y nutritivas. A través de la diosa las mujeres pueden expandir su estado de conciencia, celebrar sus estados emocionales sobre el mundo y ser dueñas orgullosas de sus cuerpos independientemente de su edad.

La diosa es la fuerza femenina de la divinidad, está representada por las tres caras de la Luna. Esto no significa que los practicantes de la Wicca dirijan a la Luna su adoración, sino que esta es vista como un símbolo celestial de poder y de acercamiento a la diosa mediante los rituales lunares o esbatorios. Sin embargo, la Luna no es el único modo de acercamiento a la diosa, los wiccans perciben su presencia en la vida cotidiana. El florecimiento de un árbol o la abertura del capullo de una flor, son por ejemplo, manifestaciones de la Madre Tierra

Diosa Diana en su aspecto lunar, Demeter, Gaea, Astarte, Artemisa y Kore son sólo algunos de los nombres atribuidos a la diosa. Muchos wiccan, optan por llamarla sólo Diosa para evitar caer en limitaciones.

Como dije anteriormente, la diosa es conocida en tres aspectos que corresponden a los tres estados y caracteres humanos de la vida: la doncella, la madre y la abuela o “vieja sabia”. La trilateralidad de la diosa está en directa relación con las fases de la Luna:

-La doncella es el aspecto joven de la diosa: una adolescente pura, sentimental, enamorada, virgen, curiosa, ingenua y a la vez seductora. Representa el nacimiento y el crecimiento, la belleza, el romance, la juventud y la pureza. Su imagen corresponde a la Luna creciente y su estación regente es la primavera, donde se reinicia el ciclo dando lugar al renacimiento de la vida. La diosa joven es el florecimiento de la cosecha y el color que la caracteriza es el blanco.


-La madre es la diosa en su aspecto maduro: una mujer fértil, maternal, comprensiva y protectora de los hombres como parte de la naturaleza.
Representa el amor y la batalla, la protección, la fertilidad, la estabilidad en las relaciones y la madurez espiritual. Su imagen corresponde a la Luna llena y su estación regente es el verano y los comienzos del otoño, cuando los frutos están maduros. La diosa madre es el apogeo de toda cosecha y el color que la caracteriza es el rojo de fuego.


-La anciana corresponde a la vejez de la diosa: una mujer experimentada, sabia y apacible que nos orienta y aconseja. Representa la vejez de la vida, la muerte y la adivinación. Su imagen corresponde a la Luna menguante, y su estación regente es el final del otoño y todo el invierno, tiempo de meditación y tranquilidad. El color que caracteriza a la anciana es el azul oscuro.



ORACIÓN DE BRIGIT (IMBOLC) 2 FEBRERO

Novia de la tierra,
la hermana de las hadas,
hija de los Tuatha de Danaan,
guardián de la llama eterna.

En otoño, las noches comenzaron a alargarse,
y los días eran más cortos,
mientras la tierra se fue a dormir.

Ahora, Brighid alimenta su fuego,
quema de las llamas en la chimenea,
con lo que la luz vuelve de nuevo
a nosotros una vez más.

El invierno es breve,
pero la vida es para siempre.
Brighid lo hace así.

Amada Brighid, confórtanos.
Poderosa Brighid, protégenos.
Benevolente Brighid, susténtanos.
Generosa Brighid danos la prosperidad
Fértil Brighid, danos la abundancia.

Cuida de nosotros, oh, Diosa Brighid.
No permitas que pasemos necesidades,
ni las del alma ni las del cuerpo.
Provéenos de tu fortaleza y valentía,
y favorece el amor el nuestras vidas,
para hacerlas plenas y fecundas.

Gracias por tus favores,
Diosa de las Diosas,
amada y venerada Brighid.