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lunes, 30 de enero de 2012


Como cada año en Navidad, me gusta pasear por los lugares más emblemáticos de mi ciudad. La Catedral, Santa LLucia,  y la feria de Santo Tomás.

La Feria de Santo Tomás, está situada en la Gran Vía, repleta de tiendas de juguetes, regalos y artesanía. Me llamó muchísimo la atención este arbolito, me enamoré de él, y sin saber por qué algo me atraía, quizá su forma bien trabajada artesanalmente, su magia…su olor a madera, hecho a mano; No sé… incluso me llamó la atención de que todos eran diferentes, tanto en tamaño y forma. Son aquellos detalles que tienen más valor interior que su propio valor material.

Encargué los regalos de Reyes, obvio,  el presupuesto se quedó a cero, así que marché con la tristeza de no poderme llevar este arbolito, que me regalaba a mí misma,  con la humilde aceptación de que no era para mi…. Y cual fue mi sorpresa que en el día de Reyes, lo recibí cuando menos lo esperaba.

Si escribo estas letras contando esta pequeña historia, es porque quiero comunicar, que los deseos que se piden con verdadera fe tarde o temprano se verán cumplidos, así que os animo a buscar este árbol, porque está impregnado de una magia positiva y maravillosa, aunque la verdadera magia habita en el interior…esto es una prueba más de la materialización de los deseos, cuando tiene que ser…ES..






Y este es el mensaje que el Arbolito llevaba:


” ARBOL DE LOS DESEOS (Antigua tradición escandinava)
Según la leyenda, el árbol debe colocarse en la casa en un lugar visible (esto puede hacerse porque además es una hermosa pieza decorativa).
Cuando surge un deseo, se retira una pieza del árbol, se escribe el deseo en un papel, se envuelve la pieza retirada con dicho papel y se guarda aparte.
El árbol tratará de estar completo otra vez y canalizará la energía del propietario para que se cumpla el deseo y usted vuelva a colocar la pieza en su lugar.

NOTA IMPORTANTE:
Para completar la leyenda escandinava con nuestra sabia tradición y hacerla más eficaz, debe tener en cuenta dos consejos:

“NO LE PIDAS PERAS AL OLMO”
El deseo solicitado debe ser coherente con sus circunstancias y acorde con sus posibilidades.

“A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO”
No le deje todo el esfuerzo al árbol. Trabaje usted también para facilitar la consecución del deseo.”



¡Suerte!