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domingo, 7 de agosto de 2011

Meditación Plenilunio de Leo

La influencia del Señor de Leo se extiende desde el 23 de julio al 22 de agosto de 2011,
lo que equivale a la extensión que va desde el 1º de Leo hasta el día 31 de Leo de 2011.




Sábado 13 de Agosto de 2011 - 18:59 hs pm GMT (Gregoriano)

Sábado 22 de Leo de 2011 - 18:59 hs pm GMT (Precesional)



En el Tomo I del libro "El Discipulado en la Nueva Era", de Alice A. Bailey, pág. 43, el Maestro Tibetano Djwhal Khul se expresa en los siguientes términos:




"Debido a la presión del tiempo y al servicio urgente, soy uno de los varios instructores que se comprometieron a mantener, durante los próximos años, doce horas disponibles antes del plenilunio de cada mes para establecer contacto con sus discípulos, de modo que en cualquier momento durante esas doce horas, puedan los servidores del mundo y los discípulos intentar llegar hasta nosotros. Esto facilitará en cierta forma su trabajo, porque no necesitan tener en cuenta la hora exacta de la Luna llena, salvo que fuera fácilmente posible."



Nota clave: "Yo soy Ése y Ése soy Yo"



El Festival de Luna Llena tiene lugar este mes en el signo de Leo. Por lo tanto, Leo cualifica el flujo de energía desde nuestro centro solar, el Sol. Condiciona el tipo de energía que podemos recibir y distribuir en meditación.

En el Festival del mes pasado, la energía de Cáncer influenció la conciencia colectiva de la humanidad, estimulando la tendencia hacia la autoconciencia. En Leo, el individuo se vuelve plenamente autoconsciente, autoperceptivo y autosirviente, hasta que eventualmente, a través de la experiencia y del crecimiento, surge la tendencia hacia la conciencia grupal, reemplazando el egocentrismo. Este desarrollo siempre es debido a una creciente sensibilidad a la influencia del alma. El discípulo en Leo se vuelve crecientemente consciente del ser superior, el alma, adentrándose gradualmente en esa condición de total fusión con el alma, característica del descentralizado servidor mundial.



Cuando sabemos qué fuerzas se encuentran disponibles y cuales deberían ser sus efectos sobre la conciencia humana, podemos trabajar con inteligencia y amor para ayudar a establecer esos efectos mediante la exactitud de nuestra orientación en la meditación. Nuestro trabajo oculto con la energía crea la cruz de brazos iguales, el símbolo del discípulo y del servidor en la nueva era de Acuario. La penetración vertical en la conciencia, a medida que abrimos nuestro canal de alineamiento en la meditación, debe equilibrarse con la transmisión horizontal de energía de acuerdo al tema y objetivo de nuestro trabajo. Este necesario equilibrio también depende de la forma en que vivimos nuestras vidas diarias. Dicho de otra forma, el trabajo subjetivo debe proceder totalmente paralelo a su aplicación objetiva.

La energía disponible durante la meditación en cada Festival de Luna Llena estimula al alma humana. Esta cualidad particular y efecto de Leo conduce al individuo, consciente de sí mismo, hacia el alma consciente del grupo. Sólo el alma tiene conciencia grupal. Sólo el alma puede transformar las actitudes egoístas y separatistas de la mente y del corazón. Sólo el alma puede conocer el Plan en toda su belleza y sólo el alma puede inspirar la mente humana con ese conocimiento.

Leo presenta una relación singular con el sol, en el corazón de nuestro sistema planetario. El alineamiento planetario y sistemático establecido durante este Festival es un alineamiento de corazón/alma. El corazón de la humanidad, el corazón del planeta: la Jerarquía espiritual y el corazón del sol, crean el canal que se extiende hasta Sirio, la gran "estrella de iniciación" del universo. Sirio tiene una relación única con nuestro planeta Tierra y, desde Sirio, la energía de amor puro fluye a través del centro solar y al corazón planetario.

Esta alineación, establecida durante el período de la Luna Llena de Leo, evoca los principios cósmicos de Amor y Libertad, fluyendo ambos a nuestro campo de percepción a través de Sirio y Leo.


Los dos principios están ejerciendo un impacto creciente sobre la conciencia humana, afectando a todas las áreas de la vida. En nuestro intento por trabajar con estas energías y por colaborar con la Jerarquía espiritual del planeta, el resultado debería ser la creciente manifestación en la humanidad del principio de Amor y la liberación de la vida humana de las ataduras del materialismo y de todo cuánto tiende a aprisionar el espíritu humano.

En cuanto al alma, el discípulo puede responder al reto lanzado a quienes buscan servir al Plan durante esta época de crisis en la historia humana, un reto que un conocido instructor ha puesto en las siguientes palabras: "Que todos cuántos buscan ayudar, consideren cuidadosamente que pueden hacer y qué contribución pueden realizar. Que sopesen, tras la debida reflexión, qué pueden sacrificar y de qué forma pueden sumergir sus personalidades, normalmente egoístas, en este gran impulso, dado por la Jerarquía al nuevo grupo de servidores del mundo y a los hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo. Las barreras que separan a persona de persona y a nación de nación pueden desaparecer. El Espíritu de la Paz puede volverse tan poderoso que los ajustes necesarios se realicen natural y suavemente. La iluminación de las mentes de la humanidad y la renovada organización de los esfuerzos humanos, hacia la hermandad, pueden ser estimulados a una nueva y mayor actividad.




Nota clave del discípulo en Leo, que podemos tomar en nuestro pensamiento meditativo como idea simiente, es: "Yo soy Ése y Ése soy Yo". Yo soy el alma, la relación entre el aspecto divino de la humanidad y la forma material, la personalidad sobre el plano físico.

A través de una repetida experiencia bajo la influencia de Leo, el discípulo puede ciertamente decir: "Yo soy el alma. Como alma, sirvo a los propósitos del Plan. Como alma, soy la conciencia del Cristo interno. Como alma, puedo tocar el centro solar, la fuente de vida y amor y luz. Como alma, puedo transmitir estas potencias y tocar el alma de otros. Como alma, puedo elevar, redimir y transformar, de acuerdo al Plan".

De este modo, meditamos al ritmo del alma de la humanidad, porque el alma es el tema consciente, sensible, del Plan Divino, la fuente de conciencia y la meta de todos los procesos evolutivos actuales.

El cuanto es, es creado por la meditación, por el deseo fundiéndose en pensamiento fugaz, y el pensamiento fugaz convirtiéndose en pensamiento claro y, eventualmente, en pensamiento abstracto y trascendente. Una prolongada concentración sobre alguna u otra forma se convierte, eventualmente, en meditación sobre aquello que no es parte de la naturaleza de la forma: su significado y vida inherentes; pasando de ahí a esa contemplación que es la fuente de inspiración y de iluminación.

La meditación produce un alineamiento creativo entre el instinto, el intelecto y la intuición, así como la identificación consciente. Relaciona (en una unidad indisoluble) la llamada mente inferior o concreta, la mente grupal, la mente jerárquica y la mente universal. La meditación conduce a un alineamiento consciente de los centros del discípulo y también de los tres centros planetarios: la humanidad, la Jerarquía y Shamballa; es de naturaleza invocativa, exigente, fusionante, receptiva y distributiva. Para el discípulo, la meditación es el agente que crea o construye el antakarana y controla “vía el alma o la Triada espiritual” el centro de la cabeza (el centro entre las cejas) que, en el discípulo, es el principal agente para la distribución de energía espiritual.

ANTAKARANA=PUENTE ARCOIRIS
(Saber más: http://www.mantra.com.ar/contreconociendonos/meditacionantakarana.html )



En la meditación, ocupamos nuestro lugar en el centro de la cruz de brazos iguales, en alineación con la corriente de energía que nos está disponible en este Festival. El camino vertical de luz es nuestra línea de intención espiritual: nuestra intención vital. El sendero horizontal es la extensión de nuestro servicio. El centro es el punto de tensión donde los dos caminos se funden y mezclan y donde el trabajo avanza. En ese punto, el discípulo puede afirmar:

Soy un punto de luz dentro de una Luz mayor.

Soy una corriente de energía amorosa

dentro de la corriente de Amor divino.

Soy un punto de fuego del sacrificio,

enfocado dentro de la ardiente Voluntad de Dios.

Y así permanezco.



Soy un camino por el cual los hombres pueden llegar a la realización.

Soy una fuente de fuerza que les permite permanecer.

Soy un haz de luz que ilumina su camino.

Y así permanezco.



Y permaneciendo así, giro.

Y huello el camino de los hombres,

Y conozco los caminos de Dios.

Y así permanezco




LA GRAN INVOCACIÓN



Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,

Que afluya luz a las mentes de los hombres;

Que la Luz descienda a la Tierra.




Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,

Que afluya amor a los corazones de los hombres;

Que Cristo retorne a la Tierra.



Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;

El propósito que los Maestros conocen y sirven.



Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz

Y selle la puerta donde se halla el mal.



Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

 











Quizás no haya símbolo más adecuado que el de una lámpara o una antorcha para representar el proceso de espiritualizarnos, de elevarnos, de contactar con lo inmutable en nosotros. Todo hombre está destinado a ser una antorcha y Leo simboliza de forma particular ese proceso.


Toda antorcha ilumina más allá de de sí misma, así todo hombre que enciende la luz de su corazón es una fuente de inspiración, un faro, un sostén para todos los que le rodean.

No hay mejor forma de honrar nuestra vida, honrar a nuestros padres, honrar a Dios que convertirse en luz, Gandhi decía “se el cambio que quieres ver en el mundo”, de eso se trata. Cuando el cambio no es la idea del cambio, el ensueño del cambio, sino esa transformación interna en la que la neblina se despeja y amanecemos a otra forma más luminosa, creativa, positiva, solidaria de ver y de relacionarnos, el cambio es real y desencadena el proceso dominó de nuevos cambios.

Elevándonos modificamos la cadena relacional hacia los ancestros y hacia el futuro. Si sanamos nuestro origen madre y padre cambian con nosotros, y con ellos los abuelos. La consciencia es no local, las efectos de lo que nos sucede, le suceden a quienes están unidos a nosotros, sin importar donde estén, sin necesidad de verles, hablarles o invitarles a cambiar.

Somos hijos del fuego, somos la luz que admiramos y el calor que desde siempre hemos estado buscando. Lo único que necesitamos es admitir nuestra verdadera identidad. Ninguna contribución al bienestar geral podría ser mayor.


UN SOL INTERIOR

Leo tiene una particular relación con el corazón. El regente exotérico, esotérico y jerárquico de Leo es el sol. Leo nos ofrece la posibilidad de despejar las brumas que eclipsan nuestro sol y brillar como la luz del día, de ser una antorcha viviente. A Cristo, en el Libro de las Revelaciones (Apocalipsis) se le llama El León. El, la Luz del Mundo, el Maestro de Maestros, encarnó el eje de Leo y Acuario en toda plenitud.

Es el León porque encarna todas las virtudes de Leo, Leo nos pone en contacto con el Sol, el corazón del Sol y con el Sol Espiritual Central. El sol nutre todas las formas de vida del planeta, no sólo con su energía, su luz y calor, sino con su campo magnético. El Corazón del Sol revela la naturaleza del Alma y del Amor. El Sol Espiritual Central revela el Espíritu y revela a la Voluntad.

Acuario es el polo opuesto de Leo, nuestro sistema solar ha penetrado recientemente en el signo de Acuario, de forma especial quienes tengan su signo solar o signo naciente en Leo, y de forma general todos los que mediten con la correcta actitud en el plenilunio de Leo, se preparan para acceder a la oportunidad de participar en el campo de energía que Acuario presenta. Acuario tiene dos grandes características: universalidad y participatividad (la capacidad de incluir a todos y hacerlos partícipes, la generosidad, la tendencia a distribuir y dar).

Las personas nacidas bajo el signo de Leo, que logren dar la nota real de su signo, están llamadas a fomen­tar el espíritu de universalidad y el espíritu de participación o distribución general porque según dice el Maestro Tibetano “el intercambio de energías entre estos dos (Leo y Acuario) es mucho más potente que en cualquier época anterior de la historia de las razas".

Otro nombre que Cristo recibe es Acuario. La razón de esto es que hace 2000 años demostró las dos características prin­cipales de la Era Acuariana: mostró como romper el espíritu de aislamiento: a través del espí­ritu del universalismo, y como superar la codicia y el materialismo: a tra­vés del dar y participar.

Debido a la singular relación entre Leo y el Sol (corazón de nuestro sistema planetario) el alineamiento planetario y que se da en esta Luna Llena posibilita un alineamiento del corazón con el alma. El corazón de cada hombre, el corazón del planeta (la Jerarquía espiritual) y el Corazón del Sol, forman en este momento un canal que se extiende hasta Sirio, la gran "estrella de iniciación". Sirio tiene una relación única con nuestro planeta Tierra y, desde Sirio, la energía de amor puro fluye a través del centro solar y al corazón planetario.

Leo es entonces un momento sagrado para encender la antorcha interior, para permitir que el amor del alma descienda a la personalidad transformándola.


EL CAMINO DEL AMOR

Podríamos tomar la conocida afirmación “no hay caminos para la paz, la paz es el camino” y afirmar que no hay caminos para el amor, el amor es el camino. El amor es la realidad última, lo que permanece, lo que Es. Vivir es amar y servir, puesto que amando y sirviendo se revela el alma y vivir es revelarse.

Sin embargo ambas cosas son ciertas “el amor es el camino” y hay caminos del amor. Así como la medicina occidental conoce a la perfección la anatomía física, así la sabiduría eterna conoce la anatomía energética, saber cual es el circuito por el que circula la energía del amor en nosotros, es de fundamental importancia en la meditación diaria, y muy particularmente en el plenilunio de Leo. Veámoslo.

Existen siete planos en la existencia y en cada hombre. Cuando en Cáncer hablábamos de construir la Casa Iluminada, hablábamos precisamente del proceso de construir los cuerpos superiores a través de la elevación de nuestro nivel de energía.

Los siete planos son:

1. ADICO

2. MONADICO

3. ATMICO

4. INTUITIVO

5. MENTAL

6. ASTRAL

7. FISICO


A cada uno le corresponde un átomo permanente o “disco duro” donde se guarda la experiencia acumulada en cada encarnación en ese plano. Leo se relaciona con el átomo astral permanente. Es a través del átomo astral permanente que la energía volitiva actúa en el plano físico. En las etapas iniciales se manifiesta como deseo; cuando el hombre se integra y se espiritualiza, cuando llega a ser un aspirante o un discípulo, la energía volitiva se transforma en aspiración, que a su vez, más adelante, en el discípulo avanzado, se transforma en voluntad espiritual, pro­pósito e intención.

Recordemos que un átomo permanente dentro del hombre, es nada menos que un eslabón conector entre ese hombre y una Gran Vida que sirve como centro en el cuerpo de un Señor Solar. Meditando con la intención correcta en los momentos de Luna Llena conectamos con las energías del sistema solar y construimos la casa.

Recordemos también que los átomos permanentes se vinculan entre sí, en el listado están marcados en negrita los de la línea par, puesto que en efecto, están conectados. El átomo astral que en Leo recibe una carga magnética, (el sexto) tiene relación con el cuarto, es decir el átomo permanente búdico y con el segundo, el monádico. Así como hay resonancias entre las notas musicales y entre las octavas, así la hay en la música de la vida. Todo progreso logrado en un plano tiene una resonancia en un plano superior, la oportunidad de Leo - cuando el cuerpo emocional se ha purificado - es la de recibir una carga de amor y voluntad en átomo astral permanente cuyo efecto será una nueva orientación y una nueva voluntad de realización. Por resonancia dicho avance en el plano astral moviliza algo a nivel del plano búdico y según la alineación lograda, quizás incluso a nivel gonádico. Los efectos de tan prodigiosa resonancia serían el acceso a la intuición y el contacto consciente con el plan del alma.


El Maestro Djwhal Khul dice que "Leo es la constelación a través de la cual la voluntad de realización o de logro se derrama sobre la humanidad y el planeta. Es esencialmente el espíritu de autode­terminación”. Al principio, la determinación es la de la personalidad, el individuo consciente de sí; mucho más adelante es la determina­ción del Alma, entonces el hombre ya no vive para sí, es perfectamente consciente de su individualidad pero no se separa del todo, vive para el todo, es la parte en el todo y conoce su rol dentro del alma grupal y lo cumple. Ningún sacrificio, ningún esfuerzo es excesivo para avanzar en esa dirección, una vez que la nota del alma es alcanzada la vida, plena de sentido, es la aventura de completarse y completar al mundo.


LEO Y EL FUEGO


“El fuego es la base de toda la vida. Es el medio de desarrollo. El Fuego es el constructor, el preservador y el destructor. El fuego es lo que purifica y consume todo. El fuego es Dios, Dios es fuego. Desde el átomo, hasta el Cosmos, el fuego es la base.

El Fuego es vivificador y estimulante, transmite y transmuta. El estudio del fuego y su trabajo en al Creación, es en si mismo elevador”. Dr. Sri K. Parvathi Kumar


CUATRO NOTAS CLAVE DEL FUEGO DE LEO

Leo es el signo de fuego de la Cruz fija, el Maestro D.K dice que “ La Cruz fija es la cruz de la luz. Y jugando a través de esta Cruz todo el tiempo, y emanando de Leo, están los fuegos de Dios – cosmico , solar y planetario – produciendo purificación, la intensificación de la ley y la revelación eventual para el hombre purificado que está en la luz”.


Las cuatro notas clave de Leo son:

1 - PURIFICACIÓN

El período del Sol en Leo y muy especialmente en la Luna Llena podemos, comprometemos con la tarea de puri­ficación. Dicha tarea es diferente según el nivel en el que estemos. Imaginando la distribución de los grados de evolución como una pirámide, podemos tener un esquema fehaciente de cómo es la Jerarquía espiritual. Lo más amplio es la base, así la más probable es que pertenezcamos a ese magnífico grupo de hombres y mujeres que bajo el nombre de “aspirantes” están en proceso definido de ordenar su vida y consagrarse a conocerse, purificarse y alinearse tendiendo como meta clara desarrollar las virtudes que convierten la personalidad en un campo atractivo para que la luz del alma descienda. En ese caso, el trabajo de purificación concierne a su personalidad; la meta poder tomar contacto en el futuro, con los fuegos superiores y hallar su lugar de servicio en el Plan.

En el caso del siguiente grupo, los discípulos del mundo, ellos trabajan aún es su propia naturaleza individual y a la vez trabajan para disipar el hechizo y el maya a fin de que el Plan se manifieste en su forma divina en el plano físico.

En el caso de la parte alta de la pirámide, la tarea de purificación que los discípulos avanzados realizan, ya no concierne a su propia naturaleza, ellos identificados plenamente con el alma trabajan en contacto con la Tríada Espiritual y el aspecto Voluntad. La purificación se aplica a los obstáculos que se alzan en el sendero del cumplimiento del Propósito divino a través del empleo del fuego Eléctrico.

Los grandes despejan nuestro camino, y nosotros despejamos el camino de los que vienen detrás, antorchas encendiendo otras antorchas, hoy los tres fuegos distribuyen la sabiduría, el amor y el propósito en todo el cuarto reino y con ello la naturaleza toda avanza.

2. TRANSMUTACIÓN

Transmutación y purificación no son lo mismo. Saraydarian lo explica de forma muy transparente, “si purificamos el plomo, sigue siendo plomo; sólo cuando se transforma en oro el plomo se transmuta. La purificación se relaciona con la sustancia del plano dado. La trans­mutación se relaciona con la elevación de la sustancia a una sustan­cia de un plano superior”.


El hombre podrá expresar tanta energía como reciba. Su ener­gía que afluye es igual a su energía que ingresa. Nadie puede esca­par a esta ley. Tal como demos, recibiremos. Tal como recibamos, daremos.

El cuerpo físico es depurado por la dieta correcta, el brillo del sol, el descanso, el sueño, y el ejercicio.

El cuerpo astral se depu­ra obedeciendo a la ley del amor.

El cuerpo mental se depura usá­ndolo como instrumento en pro del bien supremo de la humanidad.

Cuando la personalidad se depura, la luz y la sabiduría del Sol son absorbidas en nuestro organismo y se irradian como servicio a los de­más. La personalidad es feliz cuando expresa la energía del Sol en sus tres niveles.

3. COMUNICACIÓN

A través de la comunicación tomamos contacto con ideas superiores, visiones superiores, centros superiores de belleza y poder, y nos convertimos en una fuerza benévola dentro de la huma­nidad.


La vida entera es comunicación y el primer gran desafío es estar en verdadero contacto con nosotros mismos. Conocer e intercomunicar lso tres vehículos de la personalidad, el físico, el emocional y el mental es ya en sí misma una gigantesca tarea. La mayor parte de los problemas de salud, de relación y de sufrimiento psíquico corresponden a los bloqueos, las corazas y los corto circuitos que nos mantienen alejados de nosotros mismos. una falta de comunicación .

Todas las drogas o técnicas que nos hacen perder la comunicación con nues­tros cuerpo emociones y nuestros pensamientos van en detrimento de nuestra lucidez, nuestra salud y nuestro servicio.

A medida que cambiamos el nivel de nuestra consciencia, se ex­pande el campo de nuestra comunicación y aumenta nuestra capaci­dad de servicio.

4. DOMINIO


Leo confiere todas aquellas energías a través de las cuales podemos dominar nuestra personalidad y nuestra vida, y llegar eventualmente a alzarnos como individuos liberados. El hombre atraviesa las siguientes etapas:

1- vive en la consciencia colectiva, no tiene autodeterminación.

2- Se hace fuerte, se individualiza, se cree el centro del universo, su voluntad es dominar a los demás

3- Se convierte en un aspirante, su voluntad es la del autodominio

4- Avanza como discípulo, es capaz de comenzar a servir al Plan y se dedica en alma y vida a dominar los estados que obstaculizan la manifestación del Plan;

3) Se ha liberado y logra vivir en la Volun tad de Dios, en el centro de Su Propósito, expresa la universalidad.

Todas estas son etapas del dominio para los individuos de Leo, llevadas a cabo a través del espíritu de autodeterminación.

Leo transmite la voluntad en pro del bien, que se relaciona con el Propósito, la energía de Shambala y la Mónada. Proporciona el poder de voluntad y el dominio.

La meditación sugerida por Sa­raydariam para esta Luna es la siguiente:


Los tres días previos al Plenilunio, el mismo día y los tres si­guientes, podremos recibir la influencia benéfica del Sol. En el marco de las seis horas anteriores al plenilunio y las seis siguientes, se recomienda realizar la medi­tación descrita a continuación, con la cual nos dispondremos de mejor forma para recibir las energías correspondientes.

1. Silencio absoluto en la sala de medi­tación.

2. OM MANI PADME HUM.

3. Recitar la Gran Invocación: "Desde el punto de Luz en la Mente de Dios..."

4. Salutaciones del León de la Jerar­quía, el Cristo Salutaciones a todos los servidores de todas partes del mundo.

5. Meditar sobre este pensamiento se­milla: "¿Experimenté este mes un suelo ardiente o deberé primero quemar mu­chos obstáculos en mi sendero? ¿Cuáles son estos obstáculos? Nombrar cinco de ellos y pensar cómo se los podrá eliminar.

6. Decir el Mantram de la Unificación:

“Los hijos de los hombres son uno y yo soy uno con ellos.

Busco amar, no odiar.

Busco servir, no exigir debido servicio.

Busco curar, no herir.

Que el dolor procure debida recom­pensa de luz y amor.

Que el Alma controle a la forma y la vida externa y todos los acontecimientos,

y revele al amor que subyace en los acontecimientos del tiempo.


Que vengan la visión y la intuición; que se revele el futuro.

Que se manifieste la unión interior y desapa­rezcan las divisiones externas.

Que prevalez­ca el amor.

Que todos los hombres amen

7. OM

8. Recitar la Gran Invocación.

9. OM.





Bibliografía:
Astrología Esotérica Alice Bailey

La Sinfonía del Zoodíaco – Torkom Saraydarian.
Agni - Sri Parvathi Kumar
http://www.sabiduriarcana.org/