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lunes, 12 de marzo de 2012

La Resurrección- ( Semana Santa)



Cercanos estamos ya, al inmenso acontecimiento, que encierra la Semana Santa: La Resurrección, para tratar de reunir ciertas ideas de forma, que puedan llevar a la reflexión y búsqueda individual, para llegar a entender, en una mayor medida, el significado de la estación que pronto se celebrará dentro, del Equinoccio de Primavera..,bajo el influjo de las Energías de Aries.


Hay un pasaje en el Génesis donde Adán y Eva, la humanidad genérica, comieron del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Ellos decidieron conocer, a través de su propia consciencia, mediante la experimentacion de los pares de opuestos y de los conflictos inherentes en esta elección. "Ellos", desde luego no decidieron esto; la decisión fue del YO, para esa parte de su creación en particular, con el fin de incorporar una consciencia que pudiera discriminar, que pudiera separar una cosa de otra, en otras palabras, que pudiera ser auto-consciente. Lo que también sucedió con esta poderosa decisión fue que el Hombre desde entonces conoció la separación y cargó con la crucifixión de la carne.



El hombre, en este punto, estaba sin la experiencia que proporciona la discriminación, cuando de repente fue infundido con el deseo de probar (experimentar) todos los aspectos de su entorno. Así comenzó su viaje hacia la individualidad. Aquí tenemos la historia de Adán y Eva, la Tentación, o deseo de experimentar y la Caída, experimentando la separación consciente de su Fuente. Ellos se hicieron conscientes el uno del otro, como de sus diferencias sexuales, por medio de su desnudez, lo que solo indica una repentina expansión de su conocimiento consciente. La explicación ortodoxa que se dió acerca de la Caída, fue un catigo por desobedencia al comer del fruto prohibido. Dios no castiga, el Hombre en su esencia primigenia es inocente. Dios simplemente nos permite experimentar, el fruto de nuestras propias creaciones, y esta es la esencia de la crucifixión.

Monte Tabor

Púlsar captado en la constelación de Circinus
"La mano de Dios


A medida que avanzamos en el Sendero, llega a ser un acontecimiento casi a diario, si no de cada hora. La crucifixión es la renuncia a la expresión de ciertas porciones de la naturaleza del deseo que están basadas en el Maya (ilusión) de la separatividad, aquellas conclusiones acerca de la Vida que nos hacen ser depredadores de nuestro prójimo en míriadas de formas. Estos modelos animalescos, son las "ofrendas consagradas" que tenemos que hacer al entrar al Sancta Sanctorum, a la realización de nuestro verdadero Yo, en quien vivimos para el bien de todos.

Tenemos un período de deambular por la tristeza, de investigar en nuestros comienzos, pero puede decirse, que somos nosotros mismos quienes tomamos la decisión de entrar en el proceso de la cricifixión, que estos días de tristezas son limitados y que pronto llegaremos a ser conscientes de la "lámpara de la sabiduría" que siempre va delante de nosotros, lo sepamos o no.



                                            

Sabemos por la ortodoxia y a menudo oímos ideas como que Jesús es la única expresión del Hijo, alguien diferente a los demás, y que sólo en y a través de Jesús puede obtenerse cualquier cosa que entendamos por salvación. Esto es sólo la interpretación literal de la historia del proceso Divino que emplean las consciencias que, hasta ahora, son incapaces de comprender la alegoría en este nivel. Desde luego no es la interpretación que mantienen aquellos que han desarrollado un centro superior de consciencia, entendimiento y discriminación. No es necesario creer o no creer en la real existencia y experiencia del hombre llamado Jesús. Lo que es necesario es ser conscientes de que la teoría de esta representación simbólica es verdad para La Vida.

El mensaje profundo de la Semana Santa, para aquellos con oídos para oír y consciencia para comprender, es un mensaje de AMOR. Darse cuenta de la viveza del retrato, de un hombre que anhelaba tan intensamente la realización espiritual de TODOS, el único hombre que reconoció que Dios era su Padre, que sacrificó su vehículo físico con este fin. No fue un sacrificio ciego desconocido sino el medio de ayudarnos a conocer que la semilla de la Conciencia Divina está presente, en siempre creciente medida,expresando su afan creador de AMAR-CONCIENCIAR, en los corazones de aquellos cuyos pies han sido atraídos al Sendero, del auto-sacrificio. su mensaje mientras recorría los caminos de Galilea: "El Padre y Yo somos Uno. De Mi mismo no hago nada, es el Padre en Mi quien hace todas las obras, Tú eres lo mismo" Este es el mensaje de redención, tan verdadero hoy como cuando fue dicho, hace 2000 años. Este es el mensaje que restituye nuestra condición de Hijos del Padre.







El punto es que cada uno de nosotros está en posición de poder ayuar a traer la redención en la medida, grande o pequeña, que nos ha sido dada. (Es decir, nuestra vida de todos los días: nuestras amistades y relaciones profesionales, nuestros estudios...) A cada uno de nosotros se nos ha dado una porción de la Fuerza de Vida a la cual podemos dare forma o expresión . Redimir aquellas porciones de la Fuerza de Vida que expresan la creencia en la separatividad entre los seres y entre estos y su Creador, es nuestro privilegio y responsabilidad en el Sendero del Retorno.

En esta Semana Santa conozcamos que nunca nacimos y que nunca moriremos, porque ahora,  siempre hemos sido, y siempre seremos un aspecto de Dios y por esta razón, somos eternos.







Shana

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