Al detenernos en el sendero y observar desde el portal de entrada, se ven árboles frutales, sobre todo durazneros y pérsicos, con las ramas extendidas sobre el muro a la derecha, y en la pared izquierda trepan viñas de uvas blancas y púrpuras. Un estrecho sendero corre a lo largo de la pared. A la izquierda sobre el césped hay un aljibe rústico, cubierto de musgo, rodeado de arbustos de palo dulce y lila blanca, y detrás y a los costados algunas pequeñas flores crecen en la umbría de unos cuantos lirios del valle, y aquí y allá un helecho.
Frente al aljibe un pequeño lugar cubierto de grava, con una mesa rústica donde se acomodan en canastas planas las uvas y las frutas que deben enviarse al valle en lomo de burro, arreados por quienes son admitidos en el jardín y pueden entregarlas a los enfermos y necesitados de la ciudad. (El viejo ALECK, un anciano y santo jardinero, muerto en los últimos años, quizás sea uno de los que ayuda en este trabajo. No lo sé).... El agua del aljibe es muy fría, y siempre hay a disposición un balde para quienes descienden al valle, y creo que esa agua tiene la propiedad de conceder mayor visión. Es una gran alegría ofrecerla al sediento y cansado, y cada día, entre las almas que llegan, aparece un guardián distinto que se hace cargo del aljibe, que siempre es alguien que ha tenido una vislumbre de la visión.
¡¡ Creo que ésta es la imagen de mi jardín!!
Como pueden ver, es un jardín mágico, porque todas las flores se abren al mismo tiempo y lógicamente no las mencioné a todas, sólo dije que en él existe cuanta flor hemos amado. He plantado dalias, en recuerdo de mi infancia, campanillas, rosales, pequeños crisantemos, primavera nocturna, nomeolvides, geranios, lavanda, verbena, rosas comunes, lirios del día, lirios atigrados (a pesar de los almácigos de rosas y lirios que había al este y al oeste), y a orillas del arroyo crece menta cerca de la salida occidental y otras hierbas acuáticas. Pero pienso que todo hermano que entra en este jardín ve sus propias flores favoritas, y creo que es así...J.V.S.
Frente al aljibe un pequeño lugar cubierto de grava, con una mesa rústica donde se acomodan en canastas planas las uvas y las frutas que deben enviarse al valle en lomo de burro, arreados por quienes son admitidos en el jardín y pueden entregarlas a los enfermos y necesitados de la ciudad. (El viejo ALECK, un anciano y santo jardinero, muerto en los últimos años, quizás sea uno de los que ayuda en este trabajo. No lo sé).... El agua del aljibe es muy fría, y siempre hay a disposición un balde para quienes descienden al valle, y creo que esa agua tiene la propiedad de conceder mayor visión. Es una gran alegría ofrecerla al sediento y cansado, y cada día, entre las almas que llegan, aparece un guardián distinto que se hace cargo del aljibe, que siempre es alguien que ha tenido una vislumbre de la visión.
¡¡ Creo que ésta es la imagen de mi jardín!!
Como pueden ver, es un jardín mágico, porque todas las flores se abren al mismo tiempo y lógicamente no las mencioné a todas, sólo dije que en él existe cuanta flor hemos amado. He plantado dalias, en recuerdo de mi infancia, campanillas, rosales, pequeños crisantemos, primavera nocturna, nomeolvides, geranios, lavanda, verbena, rosas comunes, lirios del día, lirios atigrados (a pesar de los almácigos de rosas y lirios que había al este y al oeste), y a orillas del arroyo crece menta cerca de la salida occidental y otras hierbas acuáticas. Pero pienso que todo hermano que entra en este jardín ve sus propias flores favoritas, y creo que es así...J.V.S.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos