Sobre el separatismo:
Es conveniente recordar que el problema que estamos considerando podría ser atribuido a la gran debilidad humana, es decir, aquello que nosotros denominamos: “la gran herejía del separatismo”.
Con seguridad no existe falta más grande que ésta, la cual es responsable de todos los males humanos. Fomenta la lucha entre hermanos; considera únicamente de suprema importancia el interés personal y egoísta; lleva inevitablemente al crimen y a la crueldad; constituye el obstáculo más grande para la felicidad del mundo, porque pone un grupo contra otro, un hombre contra otro hombre, una clase contra otra, una nación contra otra nación. Engendra un sentido destructivo de superioridad y conduce a la perniciosa doctrina de naciones y razas superiores e inferiores; produce el egoísmo económico, da origen a la explotación económica de los seres humanos, a las barreras económicas, a la condición de ricos y pobres, a la posesión territorial y a los extremos de pobreza y riqueza; da excesiva importancia a las adquisiciones materiales, a las fronteras y a la peligrosa doctrina de la soberanía nacional y sus diversas implicaciones egoístas; fomenta desconfianza entre los pueblos y odio en todo el mundo y ha conducido desde el origen del mundo, a crueles y terribles guerras. Actualmente, (1935) – estas palabras se recopilaron en esa época-, ha llevado a todos los habitantes del planeta a la presente y espantosa situación, a tal punto, que los hombres de todas partes empiezan a darse cuenta que, si no hay un cambio fundamental, la humanidad podrá ser destruida. Pero, ¿quién producirá el cambio necesario y dónde se halla el dirigente que lo pueda lograr?. La humanidad debe afrontar este estado de cosas...
Es conveniente recordar que el problema que estamos considerando podría ser atribuido a la gran debilidad humana, es decir, aquello que nosotros denominamos: “la gran herejía del separatismo”.
Con seguridad no existe falta más grande que ésta, la cual es responsable de todos los males humanos. Fomenta la lucha entre hermanos; considera únicamente de suprema importancia el interés personal y egoísta; lleva inevitablemente al crimen y a la crueldad; constituye el obstáculo más grande para la felicidad del mundo, porque pone un grupo contra otro, un hombre contra otro hombre, una clase contra otra, una nación contra otra nación. Engendra un sentido destructivo de superioridad y conduce a la perniciosa doctrina de naciones y razas superiores e inferiores; produce el egoísmo económico, da origen a la explotación económica de los seres humanos, a las barreras económicas, a la condición de ricos y pobres, a la posesión territorial y a los extremos de pobreza y riqueza; da excesiva importancia a las adquisiciones materiales, a las fronteras y a la peligrosa doctrina de la soberanía nacional y sus diversas implicaciones egoístas; fomenta desconfianza entre los pueblos y odio en todo el mundo y ha conducido desde el origen del mundo, a crueles y terribles guerras. Actualmente, (1935) – estas palabras se recopilaron en esa época-, ha llevado a todos los habitantes del planeta a la presente y espantosa situación, a tal punto, que los hombres de todas partes empiezan a darse cuenta que, si no hay un cambio fundamental, la humanidad podrá ser destruida. Pero, ¿quién producirá el cambio necesario y dónde se halla el dirigente que lo pueda lograr?. La humanidad debe afrontar este estado de cosas...
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