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viernes, 21 de septiembre de 2007

ALABANZA DEL MISTERIO


Aquello que miramos y no podemos ver es lo simple.
Lo que escuchamos sin poder oír, lo tenue.
Lo que tocamos sin asir, lo mínimo.
Lo simple, lo tenue y lo mínimo no pueden indagarse.
Juntos se conjugan en lo uno.
Revelado, no deslumbra
Oculto, no pierde su luz.
Infinito, no puede ser definido.
Se esfuma en la no existencia.
Es la forma de lo que no tiene forma, es la imagen de la no existencia.
Es lo esquivo y misterioso.
Lo puedes mirar de frente, pero no verás su rostro.
Lo puedes seguir, pero no lograrás ver su espalda.
Quien se apega con fuerza al Tao primordial, gobierna la existencia de cada día y puede adquirir la sabiduría primordial.
Esta es la iniciación al Tao.

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