No alabes al sabio, verás que el vulgo no rivalizará con él.
No valores las cosas difíciles de obtener, verás que nadie se entregará a la codicia.
No mires lo que provoca tu deseo, verás que tu mente no padecerá confusión.
Por eso, cuando el sabio gobierna, vacía la mente de los hombres y llena sus vientres. Debilita su ambición y fortalece sus huesos.
El pueblo queda limpio: no conoce lo que es malo ni desea lo que es bueno.
Así se impide el triunfo del astuto.
El sabio gobierna sin acción; luego, nada queda sin gobierno
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos