“…Aquélla o aquél que a pesar de las vicisitudes de la vida moderna, sus prisas, el desordenado “orden” de la vida agitada de la gran ciudad, de escasos minutos durante el día para descansar o relajarse totalmente; después del arduo trabajo diario en su puesto laboral, profesional y doméstico, cuidando los hijos y haciendo múltiples tareas, es capaz siquiera por unos instantes de preguntarse: qué sentido tiene todo esto, para qué lucho si el final de mi vida ya lo sé… y a pesar de todo ello no se desalienta y es capaz de ver detrás del escenario externo, el hilo de divinidad o hilo de evolución que motiva cada corazón humano… llegará si su valor no decae, pese a todo ese entramado de relaciones o vivencias externas, causas y efectos, problemas y vicisitudes de todo tipo de la vida actual: buenas, malas e incluso dramáticas… a encontrar el hilo de Ariadna o pista luminosa que por cualquiera de los caminos de su propio destino personal (karma)… le llevará a la primera pista real o evidente, que siguiéndola valerosamente le conducirá a la siguiente pista, o paso previo de lo que los místicos de todas las culturas denominaron: El Sendero Luminoso, o camino hacia la Divinidad…”
viernes, 21 de septiembre de 2007
¿ENSOÑACIONES?
“…Aquélla o aquél que a pesar de las vicisitudes de la vida moderna, sus prisas, el desordenado “orden” de la vida agitada de la gran ciudad, de escasos minutos durante el día para descansar o relajarse totalmente; después del arduo trabajo diario en su puesto laboral, profesional y doméstico, cuidando los hijos y haciendo múltiples tareas, es capaz siquiera por unos instantes de preguntarse: qué sentido tiene todo esto, para qué lucho si el final de mi vida ya lo sé… y a pesar de todo ello no se desalienta y es capaz de ver detrás del escenario externo, el hilo de divinidad o hilo de evolución que motiva cada corazón humano… llegará si su valor no decae, pese a todo ese entramado de relaciones o vivencias externas, causas y efectos, problemas y vicisitudes de todo tipo de la vida actual: buenas, malas e incluso dramáticas… a encontrar el hilo de Ariadna o pista luminosa que por cualquiera de los caminos de su propio destino personal (karma)… le llevará a la primera pista real o evidente, que siguiéndola valerosamente le conducirá a la siguiente pista, o paso previo de lo que los místicos de todas las culturas denominaron: El Sendero Luminoso, o camino hacia la Divinidad…”
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